OBRAS

La depuradora de Pereiro estará lista antes de 2015

photo_camera Algunas de las infraestructuras están ya terminadas pero no entran en servicio por motivos de seguridad

El nuevo saneamiento de Monterrey servirá a cuatro aldeas y 2.000 vecinos

El concello de Pereiro prevé contar con una nueva depuradora antes de que termine el presente año.

Las obras de saneamiento en la zona de Monterrey continúan agotando los plazos y se espera que a principios del año 2015 inicien las primeras pruebas y la definitiva puesta en funcionamiento. Esta nueva infraestructura nace de las necesidades del complejo deportivo y, especialmente, de la reciente urbanización construida en la localidad. Además, dará servicio a los núcleos de población de Pedraio y O Penedo.

Como buena parte de las construcciones de este tipo, las obras están financiadas por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, gracias a las partidas del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), destinados a paliar los desequilibrios territoriales en el continente y dentro de cada Estado miembro de la UE.

El coste total de la depuradora y el saneamiento asciende a 1,23 millones de euros.

Los cálculos del gobierno de Pereiro de Aguiar estiman que hasta 2.000 personas se pueden beneficiar de la inversión. Incluso, esa cifra puede aumentar si se tienen en cuenta los usuarios del recinto recreativo de Monterrey, que en jornadas de máxima asistencia puede albergar 800 personas dentro de sus instalaciones.

El alcalde, Eliseo Fernández, cree que el tratamiento de las aguas residuales del concello mejorará notoriamente. Aguas que en la actualidad circulan por la depuradora de San Cibrao das Viñas, "ampliamente superada", según la corporación de Pereiro. Ciertamente, la depuradora de San Cibrao acumula varias denuncias por déficits en su funcionamiento, sospechas que se han intensificado cuando, en el pasado mes de agosto, cientos de peces murieron en el río Barbaña.



Medidas de seguridad

La depuradora de Monterrey ya cuenta con toda la maquinaria necesaria para operar. Sin embargo, las autoridades prefieren actuar con prudencia y esperar a que finalicen el resto los trabajos. El temor a una acción vandálica o posibles daños motivan esta actuación.

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