SUCESO

Desaparece de su casa una vecina del barrio de Mariñamansa

photo_camera Imagen facilitada por la familia.

Falta de su casa de Ourense desde el viernes y es la segunda vez en la que se ausenta 

La familia de María Josefa Cobela Fernández, de 52 años de edad y residente en la calle Vasco Díaz Tanco, denunció el viernes ante la Policía Nacional la desaparición de la mujer que, según el relato de su marido, sufre una depresión y se encuentra de baja médica desde hace unos dos años. La mujer falta de su casa desde el viernes a primera hora de la mañana, pero sus familiares acudieron a la comisaría sobre las cuatro de la tarde porque hace apenas ocho meses habían sufrido una circunstancia similar. "Daquela localiceina porque me chamou dende un teléfono que puiden situar en Baños de Molgas, e fun eu a recollela", explica el marido. "Foron só unhas horas, pero o suficiente para que desta xa tiveramos o susto enriba".

El marido explica que la última vez que vio a su esposa fue en la madrugada del viernes. Él comienza su jornada a las cuatro de la mañana y, sobre las tres y media, salió de casa. "Deixeina na cama". A primera hora de la mañana, la hija advirtió la ausencia de la madre, que entre las ocho y media y las nueve y media de ese día pudo haber abandonado el hogar. La Policía Nacional informó ayer por la tarde a la familia que las primeras indagaciones no habían dado ninguna pista sobre el paradero de María Josefa.

El marido señaló que la mujer no llevó consigo ni el teléfono móvil ni echó a faltar ropa de su armario, por lo que cree que salió sin equipaje aunque advirtió a la Policía que sí se había llevado cierta cantidad de dinero que guardaban en casa. María Josefa, que trabajó durante seis años como acompañante escolar, permanece de baja desde hace dos años y su depresión estaba siendo tratada por especialistas, en concreto, por una psicóloga de Vigo con la que ayer el marido trataba de ponerse en contacto. "Ela xa leva anos con ese problema, pero facendo unha vida normal. Cando marchou a primeira vez non cambiamos nada", asegura el marido pegado al teléfono a la espera de la llamada de su mujer.

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