ECONOMÍA - OURENSE

Descenso de paro y despoblación, la cara y la cruz de la década de crisis

La emigración sigue siendo un lastre, pero las empresas de la provincia han ganado competitividad y mercado exterior

El Banco Lehman Brothers, el cuarto más importante de Estados Unidos, se desmoronó como un castillo de naipes el 14 de septiembre del 2008. Cundió la alarma y el contagio fue un hecho. La crisis, espoleada por otros muchos factores, se propagó como la pólvora. Muchos países temblaron, España tiritó y Ourense, con una débil economía, entró también por urgencias. ¿Está recuperándose diez años después? A la gallega: depende. En realidad, pocos indicadores son estimulantes.

La provincia perdió en el decenio negro de la crisis 24.419 habitantes. Es decir, es como si desapareciesen los municipios de Carballiño y Verín. Se trata de un proceso que ya venía de atrás pero la vía de agua fue mayor a partir del 2008. Entonces se contabilizaban 336.099 habitantes, pero en el 2017 había solo 311.680. La mejoría económica no consigue detener la sangría y cada año casi 3.000 titulados se van a trabajar a otras provincias.

El paro ha sido la consecuencia más inmediata y la más dramática de la crisis. Hubo meses en el 2013 en los que se superaron los 30.000 desempleados, cuando en el 2008 había 19.909, una cifra similar a la que el antiguo Inem cuantifica en la actualidad. El desempleo se sigue cebando con las mujeres (hoy 11.076 frente a 7.796 hombres) y con los jóvenes. En todo caso, la cifra total ha bajado sustancialmente desde el 2014, pero la temporalidad y la precariedad es obvia. En algunas franjas de edad el vértigo del desempleo es más evidente: hay más parados ahora entre 40 a 44 años (2.234) en el 2008 (2.065), entre los 50 y los 54 años (2.228 entonces, 2.477 ahora) o entre los 55 y los 59 años (2.773 y 2.900).

En relación a la tasa de desempleo, coeficiente que mide la Encuesta de Población Activa, se aprecia que la provincia está todavía muy lejos de los datos de 2008. En el segundo trimestre de ese año se registraba un 5,95% de parados, cifra que ahora está en el 13,36%, y que llegó a sufrir picos en el tercer trimestre de 2013 de un 24,55%. Y, claro, como consecuencia de la debilidad del tejido laboral la Seguridad Social anotó en la provincia un gran número de bajas. Hubo que llegar hasta el 2017 para recuperar la cifra de los 100.000 cotizantes. Ahora hay 104.140 en el sistema, pero en el 2008 había 111.405. Es decir, por el camino se quedaron 7.256, aunque hubo ejercicios, como el del 2013 donde había 13.677 menos, que los contabilizados al comienzo de la crisis. Con todo, antes y ahora Ourense sigue siendo la provincia con menos afiliación y con la relación pensión/empleo más baja.

 Y si algo caracteriza a la provincia es el elevado número de pensionistas, aunque una cifra similar a la del 2008 (109.244 frente a 108.503 de la actualidad), aunque con una mejora en la retribución, pasando de los 532 euros a los 685. Donde más se nota el incremento es en las de jubilación: al comienzo de la crisis los 70.230 jubilados de la provincia cobraban 579 euros de media y hoy los 68.289 llegan a los 750. Aún así, son las más bajas de España.

Si hay algo que define al decenio de la crisis ha sido el estallido de la burbuja inmobiliaria, también en Ourense. La situación es aún frágil y las 1.561 viviendas vendidas en el 2017 nada tienen que ver con las 3.079 despachadas en el 2008. La construcción era frenética y entonces se vendieron 1.756 viviendas nuevas pero en el 2017 solo 356.


Dinero en el banco


Los bancos cerraron a cal y canto el grifo del crédito y también se notó en Ourense, aunque aquí la mitad de las viviendas se pagan al contado. El dinero en este decenio se quedó en el banco y el ahorro no para de crecer y hoy hay en los bancos ourensanos 1.900 millones de euros más que los que había en el 2007. Por el contrario, el hachazo al crédito sigue. El importe de los préstamos concedidos en 2008 fue de 5.578 millones, 2.295 millones menos que en la actualidad.

En un escenario de caída generalizada del consumo, las empresas apostaron por la internacionalización y las exportaciones caminaron hacia el récord, alcanzado en el 2014, con 826,7 millones de euros, más que los 815,6 millones del 2017 y mucho más que los 592,8 del 2008. La pizarra, sector agroalimentario, moda o maquinaria han sido las puntas de lanza.

El censo empresarial se está recuperando lentamente y en la actualidad se contabilizan 23.291 empresas, cifra similar a las 23.711 de hace diez años. Sin embargo, Ourense sigue abonada a empresas pequeñas, con escasa capacidad de empleo ya que en la actualidad 12.505 no tienen asalariados. En 2008 había 5 empresas con más de mil empleados y hoy solo tres.

Las quiebras han sido otra consecuencia negativa para las empresas, pero la situación se ha corregido. En 2008 se anotaron 19 suspensiones de pago y en 2017, 15. Eso sí, entre 2011 y 2016 fueron a concurso de acreedores 204. Hoy la supervivencia empresarial es mayor. 

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