Las pantallas ubicadas en el centro marcan cada día temperaturas desorbitadas y horas irreales.
Las pantallas instaladas en tres céntricos lugares de la ciudad, las que deberían informar sobre la temperatura del momento y la hora del día o la noche, ocasionan, sin embargo, no sólo el malestar de los vecinos que transitan junto a ellas y miran hacia sus números para informarse del tiempo o la hora, sino que se han convertido ya en motivo de chiste por los datos desproporcionados que ofrecen. Las horas no coinciden nunca con las reales, entre otras cosas porque no se actualiza el cambio horario que se produce dos veces al año.
Tampoco responden a la realidad las temperaturas que ofrecen. Por ejemplo, el martes a media tarde el panel de Concordia marcaba 80 grados de temperatura, el de Curros Enríquez marcaba a las siete de la tarde las 20.27 horas; y el de la Alameda, uno de los más utilizados porque las paradas de autobús convierten la zona en un lugar con numeroso tráfico de personas, indicaba 10 grados de temperatura a mediodía del martes, cuando había realmente 18.
Las quejas no son nuevas y el Concello es conocedor de las deficiencias de este servicio público, una vieja concesión explotada comercialmente como soporte publicitario que no se ha renovado en más de 20 años y a la que no se le exige el necesario control para garantizar el mantenimiento adecuado de las pantallas y su finalidad de información ciudadana. Esa pasividad municipal y la falta de mantenimiento convierte en inútil el servicio público de las pantallas, que al final se limitan a ser un mero soporte de publicidad.
