A los ourensanos nos preocupa el paro, un problema ya necrosado en la epidermis. También la velocidad de la locomotora, que espera por el "condensador de fluzo"
Lunes, 26 - El paro, en la lista de los problemas
El paro es la principal preocupación de los ourensanos. Realidades como puños, como los percebes de Cedeira. Nos vale como declaración que suscribiríamos todos sin excepción. El paro es el principal dolor de cabeza de nuestros vecinos, también el matrimonio es la principal causa de divorcio, sentenció Groucho Marx. Obvio. Hemos superado ya la mitad de este 2017 más sugestionados por los mensajes interesados de que esto va como una moto pero la realidad es que el viento que nos da en la cara no nos despeina el flequillo, no debemos de ir despendolados entonces. Vamos, que no es poco. Como el amanecer de José Luis Cuerda. El periódico mantuvo el lunes el interés de la encuesta del domingo, esta vez para detectar dónde están las preocupaciones ciudadanas. Paro, situación económica, ciudad que envejece y esas menudencias, ya saben. El desempleo, ese mantra que nos persigue y que ya estaba entre los cólicos demoscópicos que sufríamos antes de la crisis, antes del 2007, cuando todo parecía ir bien. Entonces era vicio, por lo que se vio años después, pero ya le decíamos al encuestador que no tener trabajo nos condenaba a la alopecia. Un día antes de que el periódico nos contase qué cosas son malas y cuáles peores, tocó sondeo de intención de voto dos años después de tomar posesión los 27 concejales con el voto de nuestros paisanos. Las opiniones de la mayoría de los partidos y líderes aludidos resultaron, previsibles, ingenuas arrogantes, ilusas, conformistas. Pongan el calificativo al lado del partido que crea merecerlo. Van ya dos años de mandato municipal y llevan desde entonces marcando territorio, construyendo sus fortificaciones, sorteando las escaramuzas diarias hasta llegar a las siguientes elecciones. Otros dos años con poca pinta de mejoría. A la vuelta de ese plazo más de uno se irá al paro. No porque lo digan las encuestas, sino porque lo ordenen los votos.
Martes, 27 - Indispensables para trasmitir amor
Marta es una paciente de salud mental del Hospital de Piñor. Afronta sus patologías con determinación y con la lógica ayuda externa. "Me ayudan a desconectar, además me obligan a salir los días en los que estoy más baja y no quiero hacer nada. Son muy legales y nobles, no te juzgan", dice Marta. Habla de Menta y Curro, dos perros. Ya lo dijo el actor Johnny Depp: "Los únicos seres capaces de transmitir amor puro son los perros y los bebés".
Miércoles, 28 - Cuando se le queda a uno cara de niño
Un conselleiro viene a Ourense y se va con el alcalde y el resto de la comitiva a Barrocás. Se sacan fotos en cuclillas frente a un niño ajeno a la escena, tan absorto que en la foto da la sensación que la visita ni le produce sonrisa ni llanto. El séquito institucional dice a la prensa que el centro infantil del citado barrio gana ocho plazas y que se han gastado 76.000 euros en la reforma. Me da la sensación que a los ciudadanos se les ha quedado la misma cara que al niño. A la prensa, desde luego.
Jueves, 29 - Nos hace falta el condensador de fluzo
Perdón por el spoiler pero en una de las películas de la saga Regreso al Futuro, de Spielberg, un tren sale del viejo oeste y corre descentellado por vetustos raíles y cuando se asoma al precipicio una estela incandescente lo envuelve, le multiplica la velocidad por la enésima potencia y lo planta en la fecha apetecida. El jueves el periódico propagaba la buena nueva, previamente engordada en las cocinas del Gobierno: visto bueno a la declaración de impacto ambiental del tramo del AVE entre Taboadela y Seixalbo. Fume para el PSOE, un gran paso, según el alcalde. Lo clásico, vaya. Paralelamente empezaba a hervir el germen de una plataforma que defiende otra estación diferente a la proyectada. La sociedad ourensana se suele mover como un paquidermo, lentamente, aunque deje huella. Aún estamos discutiendo ahora qué tipo de terminal nos conviene, aún estamos celebrando que los trámites administrativos se van cumplimentando. Años después nuestro tren aún viaja solo por los titulares de los periódicos. Si al menos usase condensador de fluzo, como el que alimentaba la máquina del tiempo de las pelis de Spielberg.
Viernes, 30 - Interés diferente por las fiestas distintas
La ciudad ha estado de fiestas. Querido hígado, estas son las fechas de las que tanto te hablé, decía el aserto cruel que vinculaba la troula con ir envasado. Han sido unas fiestas para ir sereno, también para ver que el Concello lucha por dar unos festejos dignos. A veces da la sensación de que tiene más interés la institución organizadora por divertirnos que nosotros por hacerlo. Es viejo el debate sobre si ya el Corpus es lo de antes, aunque muchas de las actividades de este año girasen la cabeza para encontrarnos con eventos pretéritos. A los ourensanos no nos tienen que decir cómo divertirnos en el Entroido, pero aún hay que pastorearnos llegadas las fiestas de junio.
Sábado, 1 - Las empresas y el valor de las personas
La central de Velle se ha camuflado en el paisaje del entorno urbano, casi se ha mimetizado con su sociedad. Hace medio siglo que está ahí y la empresa que gestiona este recurso es Gas Natural Fenosa. La compañía ha pisado el acelerador de la competitividad, de la innovación y la tecnología para dar un servicio como requiere la sociedad actual. Se celebró un acto de recordatorio de los 50 años de la central y se dio a conocer el Centro de Control Integrado. Un buen número de ejecutivos de la compañía y de políticos (muchos de relleno) acudieron al acto. Las empresas las hacen las personas, responsables de traer hasta aquí a muchas compañías, también a esta. Muchas horas dedicadas a Velle en este medio siglo, muchas vidas ya por el camino, algunas aún en pie. Por suerte. No está de más acordarse de ellas. Es de justicia.
