La cafetería Plaza, en Paz nóvoa, y el local nocturno "La Posada de los monjes", en la calle santo Domingo, fueron los incidentes de Felipe y Juan María este verano.
El juez de guardia dejó ayer en libertad con cargos a los hermanos Felipe y Juan María S.E., de 34 y 39 años de edad, respectivamente, por su presunta implicación en dos robos con fuerza en conocidos locales de hostelería de la ciudad a lo largo de este verano: la cafetería Plaza, en Paz nóvoa, y el local nocturno "La Posada de los monjes", en la calle santo Domingo.
Las sustracciones cometidas en distintas fechas proporcionaron a los autores, según la versión policial, cerca de 39.000 euros ya qu se apoderaron del dinero que había en las cajas fuertes de los locales, una de ellas, en concreto la del pub estaba a buen recaudo lo que puso a la policía sobre la pista de que los ladrones conocían bien el interior de los locales, en concreto, el espacio no reservado al público.
En el caso de la cafetería de Paz Nóvoa, los ladrones bloquearon la alarma y extrajeron el disco duro del sistema de videovigilancia (cámaras) para neutralizar las imágenes de cara a una posterior identificación.
Por esta razón, centraron la investigación en el menor de los hermanos, ya que el primero había instalado cámaras de seguridad en la cafetería de Paz Nóvoa así como reparaciones eléctricas en el otro establecimiento, según aseguraron fuentes de la investigación.
De esta forma, la Unidad de Delincuencia especializada y Violenta llegó a identificar a los hermanos, detenidos a lo largo del viernes. Los agentes solicitaron al juez de guardia una orden de entrada y registros en sus casas de barbadás y Ourense en los registros, se ocuparon de una pistola así como una carpeta que contenía diversos resguardos de ingresos en dos cuentas bancarias distintas, todos ellos posteriores a los robos acontecidos en el los meses de agosto y septiembre. Ingresos que iban de los 1.000 a los 3.000 euros.
Mientras que el local de Santo Domingo, los asaltantes forzaron el 27 de agosto la puerta de entrada, en la cafetería entraron el cuatro de septiembre a través de un butrón realizado en un garaje de la calle Paseo, lo que les permitió acceder al sótano del establecimiento.
