OPERACIÓN ROBLE

A prisión dos detenidos por robar 6 cafeterías en 18 días

photo_camera Carlos Avellá muestra los agujeros que aún hay en la pared tras arrancar una de las máquinas.

Los arrestados forman parte de un grupo criminal itinerante con base de operaciones en A Coruña

Una banda criminal con base de operaciones en A Coruña perpetró siete robos con fuerza en seis cafeterías de la ciudad (en una entraron dos veces) en 18 días, entre el pasado 22 de julio y el 10 de agosto. En los siete asaltos participaron cuatro individuos y los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial detuvieron, dentro de la "Operación Roble", a dos, Pedro L.A., de 23 años, con domicilio en A Coruña,  y Elías A.F., de la misma edad y natural de Lugo.

El primero, que fue arrestado  a las 14,45 horas del pasado día 26 en Avilés (Asturias), ya suma un total de 81 detenciones anteriores por delitos de robo y, el segundo, detenido en Ourense, contabiliza 22. Ambos, ingresaron ayer en la prisión de Pereiro de Aguiar tras prestar declaración en el juzgado de guardia.

La banda actuaba de forma muy coordinada y sin dar tiempo a una reacción policial en caso de ser descubiertos bien por el dueño o por un viandante. En menos de un minuto (45 segundos), según dio a conocer la Comisaría, se llevaban el botín, que entre  los siete negocios asciende a 43.000 euros. 

Café Arábica, de la avenida de Santiago, fue uno de los negocios asaltados. Su dueño, Carlos Avellá, que tiene varias cafeterías con el mismo nombre en la ciudad, aseguraba que los ladrones entraron forzando la puerta. Una vez en el interior, se llevaron la tragaperras, en la que había unos 200 euros, una máquina de cobro automático, con otros 2.000, y más de 500 euros en efectivo. "Solo la máquina de cobro automático cuesta más de 10.000 euros", recordó, recalcando que perpetraron el robo en apenas un minuto. 

Cuatro de los negocios están muy próximos entre sí, según dio a conocer la comisaría, en las inmediaciones de la rotonda de la calle Curros Enríquez. Los otros están en O Couto, Os Remedios y A Ponte. Seis de los siete negocios hosteleros robados cuentan con sistemas de vidiovigilancia, algo que no les importó a los ladrones. 

Golpes hasta derribar la puerta para llevarse todo

La banda criminal actuó de forma muy coordinada en los robos de la ciudad. Uno de ellos se encargaba de vigilar, mientras los otros tres golpeaban la puerta de acceso, en la mayoría de los casos con cristales, hasta derribarla. Después, los cuatro entraban al interior cubriendo el rostro con capuchas.

Después no se entretenían forzando las máquinas tragaperras, registradoras, expendedoras de tabaco, máquinas de cambio o cobro de productos, para hacerse  con el dinero,  las arrancaban de cuajo y se las llevaban para cargarlas en un vehículo. El transporte de estas máquinas desde el local hasta el coche podía levantar sospechas entre los viandantes, pero los ladrones daban una apariencia de normalidad, se descubrían la cara y simulaban estar realizando un cambio.

Para no dejar huellas en todo aquello que tocaban y que no se lo iban a llevar se cubrían las manos con las mangas de las camisas y chaquetas. 

La banda se desplazaba desde A Coruña el mismo día del robo y regresaba esa misma noche con el botín. 

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