Los ourensanos residentes en Venezuela, México o Argentina viven con el miedo a ser secuestrados, robados o, lo que es peor, asesinados. La mayoría ya pensó en regresar, pero el patrimonio que acumularon allí se lo impide
Con el miedo metido en el cuerpo. Así es el transcurrir cotidiano de los ourensanos en países como Venezuela, Argentina, México e incluso Panamá, donde en los últimos tres años, según el presidente de la Sociedad Española de La Chorrera, el ourensano Benigno Carreiro, se pusieron de moda los "secuestros exprés".
El miedo es tal que hasta temen hablar abiertamente por teléfono de la situación en que se encuentran y mucho menos de política y actualidad del país. "Los teléfonos están todos pinchados", asegura el industrial en Caracas (Venezuela) Miguel Fernández, oriundo de Xinzo.
En lo que se refiere a Venezuela, los ourensanos y resto de gallegos extremaron al máximo las precauciones para no ser víctimas de un robo, o lo que es más grave, ser secuestrados y asesinados. Según datos de la Irmandade Galega, sus viviendas están dotadas de sistemas de vigilancia y puertas y ventanas blindadas. A la hora de salir, bien para ir al trabajo o para divertirse, "hay que cambiar continuamente de ruta y no parar en lugares desconocidos. A partir de las nueve de la noche, los semáforos en rojo no se respetan. Se saltan porque si paras el vehículo, te pueden abrir la puerta y encontrarte con una situación que no deseas", apuntan en la Irmandade Galega.
La toma de medidas como éstas la ratifica el periodista natural de A Bola Juan Antonio Iglesias, que recuerda que muchos emigrantes ya sopesaron la idea de regresar a su tierra, pero "aquel que tiene realmente ganas de venir no puede por falta de recursos y el que tiene posibilidades no viene por no dejar su patrimonio", apunta.
En Venezuela fueron abatidos a tiros 12 ourensanos en los últimos 10 años. Otros seis fueron secuestrados, entre los que está el empresario Alberto Cid Souto (liberado por la Policía), que extremó todas las medidas de seguridad para evitar una situación similar. El hombre incluso se ha rodeado de guardias de seguridad.
La misma situación se repite en México, donde también se teme estacionar el vehículo en lugares públicos, transitar solo por la vía pública o frecuentar lugares desconocidos. "Hay mucha inseguridad. Muchas bandas que en algunos casos actúan con total impunidad", recuerda el hostelero Antonio González, natural de O Ribeiro.
Eso sí, según el presidente del Centro Gallego, Florencio Gulias Barros, (natural de Beariz) el país "está lleno de oportunidades" .
La situación de crisis económica y con ella la falta de trabajo y el encarecimiento de los productos básicos en Argentina, también está poniendo a los gallegos en el punto de mira de los delincuentes.
En el país se registran asesinatos, extorsiones, robos y secuestros prácticamente a diario y los ourensanos comenzaron a tomar medidas de seguridad en sus viviendas y a la hora de salir a la calle. Pero una gran parte no puede protegerse por falta de recursos económicos. De hecho, el presidente del Centro Gallego, Martín Moyano, tiene previsto viajar en los próximos días a España para pedir apoyo económico y medios para los hospitales en que se atienden a ciudadanos españoles y que están ligados al Centro Gallego. "Ahora mismo no hay ninguna persona desamparada, pero precisamos apoyo", apunta el portavoz de prensa del citado centro, Eduardo Roust, restando importancia a la delincuencia que se está viviendo en el país, en el que residen, a fecha de enero del 2016, 439.236 españoles, el número más alto de toda América.
En Venezuela hay 188.000 y le sigue México, con 123.236 españoles. n
