EN CLAVE

Qué bien discrepan

Una ciudad urgida de soluciones a las chapuzas urbanísticas y a lo inconcreto de sus infraestructuras toma palomitas viendo a sus políticos discrepar. Qué bien les sale, cómo nos divierten.

LUES, 13 DE FEBRERO | La propiedad es la que siempre gana

Nuestra vieja propensión a tenerlo todo en propiedad cotiza a la baja. Nadie mejor que los gallegos para entender el ahorro como fin para ponerlo todo encima de una mesa y comprar aquello que se persiguió toda una vida. Estos son mis poderes, parecían decir nuestros abuelos cuando todo se compraba al contado, tras años de sacrificios en la mayoría de los casos. Ropa, coche en algún caso, y casa, por supuesto. Casi una cuarta parte de los hogares ourensanos son ya en alquiler. ¿Lo son por cambio de mentalidad o por necesidad? ¿Qué banco da hipotecas? ¿Qué persona se echa encima una losa de veinte o treinta años pagando por el pisito? ¿Qué escenario laboral hay para que puedas creerte que estarás siempre en el mismo sitio? Me lo temía, no es un cambio de mentalidad, no es un recorrido en la búsqueda de las costumbres europeas. Es, sencillamente, que no hay otra cosa. Mientras, los que ganan son los propietarios de los pisos, que se pueden convertir en rentistas con los alquileres.


MARTES, 14 | Un 20% más para el cocido, qué bien

Es una de las noticias que más me han gustado de la semana: la venta de productos para el cocido se eleva hasta un 20%. Ese es el termómetro de la situación económica, no los datos del paro, ni las reflexiones de la EPA. Somos lo que comemos es un aserto que nos acompaña desde tiempo inmemorial y cuyo autor es, al parecer, un filósofo y antropólogo alemán. Y si mudamos el verbo ser por el estar nos sale que estamos donde comemos. Crece un 20% la venta cachucha, lacón, rabo de cerdo, jarrete y demás. Eso es que quedaremos en algún sitio para dar cuenta de esos ingredientes. Ya hemos dicho aquí que tenemos un gen de Obelix. Nosotros también nos hemos caído en la marmita del druida, como él. Me gustan estas noticias porque presagian fiesta, incluso excesos. Pero me gustan porque se ve a la gente. Echen un vistazo a las fiestas del pulpo, cocido, codillo, chuleta, androlla, botelo, callos, empanada, pimento, anguila, peixe, carne cachena... Las fotos que publica este periódico sobre estos eventos nunca recogen escenarios desiertos ni rostros pálidos por el hambre. Al contrario, hay siempre un gentío con rostros rubicundos por la ingesta. Hay que desmitificar uno de los lamentos de la provincia: su desertización. Gente hay, lo que pasa es que solo se la ve cuando salen a comer.  


MIÉRCOLES, 15 | Los motivos que provocan una queja

Cada día se tramitan ante el Concello de Ourense cuatro quejas vecinales. El año pasado, 1.317 sobre el mal estado del mobiliario urbano, baches, iluminación, suciedad y demás. La institución, a cambio, resuelve el 64%. Hay quejas que se tramitan como mero desahogo, raras veces esperando soluciones. 

JUEVES, 16 | Qué gota malaya escuchar lo mismo

Informativamente los asuntos del urbanismo y el AVE son como la gota malaya, pero revelan muy bien el comportamiento de las personas que se sientan donde los ciudadanos les mandaron para que aportasen soluciones, pero que han interpretado que lo que toca es lo contrario. La justicia ha vuelto a afear los trámites urbanísticos de algunas zonas sensibles. Sorprende que una ciudad con tan pocas aspiraciones urbanísticas tenga tantos reveses judiciales. Esta semana hemos conocido que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia anuló el plan de desarrollo de As Burgas por la reclamación de los propietarios de una parcela de 161 metros cuadrados. Por lo tanto, si alguien creía que el desarrollo termal de la zona más importante de la ciudad estaba para pronto, que se vaya olvidando. Paralelamente, estos días se ha vivido la enésima refriega política sobre el tren de alta velocidad, sus plazos, su presupuesto, su trazado, sus estaciones, sus compromisos políticos, sus eventuales capacidades de generar desarrollo. Ambos asuntos nos han servido para ver cómo se crecen nuestros representantes políticos en la discrepancia, cómo se gustan en la discordia, cómo se vienen arriba ante su grey diciéndoles que nada hay más estimulante que oponerse a todo. El Concello de Ourense y sus 27 concejales se justifican siempre en que los de un lado están a favor y los otros en contra. Esa es su interpretación del servicio público al que se deben. No hay posibilidad de coincidir en los asuntos importantes. Es delito político buscar acuerdos para salvar a una ciudad inerte urbanísticamente, ilusa por unos proyectos termales primero improbables y ahora ya imposibles. Ya no divierte ver como desde gobierno y oposición lo único que se hace es culparse de inutilidad. Ya sorprende que todo esté mal, que no haya un solo tema que sirva para encontrar consenso. Ni el AVE, ni el urbanismo, ni el presupuesto, ni el termalismo, ni la mejora de los espacios degradados, ni el desbloqueo de las adjudicaciones que siguen pendientes desde hace meses. Qué cansino el discurso del y tú más. Qué gota malaya escuchar siempre a los mismos decir lo mismo. Una fea costumbre en la que también ya estamos cayendo en esta sección. Lo reconozco. 
 
VIERNES, 17 | Es un proyecto de díxome, díxome

Y dice el Concello que Eroski quiere retomar el proyecto del centro comercial de A Farixa, parado desde el 2011. Y dice Eroski que lo que dice el Concello es un poco sorprendente porque no tienen prisa. Y dicen los propitarios del suelo que no saben de dónde sale ese interés. O sea, un proyecto de díxome, díxome.

SÁBADO, 18 | Venezuela no paga  a los emigrandes

Venezuela no paga sus pensiones de jubilación a 3.500 gallegos retornados. Los emigrantes en América viven con miedo e inseguridad. Esa es la realidad que no se arregla por mucho que  Maduro intente tapar sus carencias insultando a Rajoy.

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