REPORTAJE

Para el ejercicio no hay edad

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photo_camera El fisioterapeuta Carlos Blanco mide las pulsaciones de una de las usuarias, Ramona Cid.

Los usuarios de la residencia Nuestra Señora de Os Gozos, que pertenece a la Fundación San Rosendo, tuvieron ayer la oportunidad de participar en un taller para reducir el dolor articular con una sesión de bicicleta estática.

La residencia Nuestra Señora de Os Gozos, ubicada en Pereiro de Aguiar, organizó durante la jornada de ayer un taller en el que una veintena de usuarios tuvieron la oportunidad de realizar diferentes ejercicios para reducir el dolor de las articulaciones y ganar flexibilidad. La actividad terapéutica estuvo dirigida por el fisioterapeuta Carlos Blanco, que realizó un estudio con un grupo de residentes de edades comprendidas entre los 78 y 88 años y pudo comprobar que tras la implementación de la rutina de ejercicios físicos, los usuarios disminuyeron las pulsaciones antes de la realización de la actividad y la frecuencia cardíaca posterior. "Esto tradúcese en que no seu día a día, os seus paseos e as excursións que fagan cas educadoras sexan moito máis levadeiras para eles e teñan así unha mellor calidade de vida", explicó.

La bicicleta estática es una de las máquinas de cardio más demandadas por los residentes del centro de Os Gozos, que pertenece a la Fundación San Rosendo. Es el caso de Ramona Cid o Isauro Garrido, que está rehabilitándose de una lesión cervical tras sufrir una caída. "Ramona hace todos los días una hora de bici y no pasa más tiempo porque le tenemos que decir que por hoy ya es suficiente. Tiene problemas de artrosis y circulación pero desde que hace ejercicio está mucho más ágil", dijo María José Penedo, médica y directora de la residencia. La realización de actividad física les ayuda también a mejorar el tono muscular, disminuir el sobrepeso y reducir parámetros en las analíticas sanguíneas como el colesterol o los triglicéridos. "Eles notan moito a melloría. Non obstante, non é tan palpable como nunha persoa nova pero ten moito mérito que tras facer exercicio teñan menor dor articular", dijo Carlos Blanco.

El fisioterapeuta del centro, autor del estudio "Disminución de factores de riesgos cardiovasculares a través de la actividad terapéutica dirigida", recomienda a los residentes que hagan 10 minutos diarios de bicicleta estática o en días alternos. Muchos de ellos nunca practicaron deporte con anterioridad pero "nunca es tarde para empezar", explicó la directora del centro.

La adopción de hábitos de fitness también les aporta efectos positivos a nivel emocional generándoles más confianza en ellos mismos. "Al hacer ejercicio se encuentran mejor de ánimo y se sienten más válidos al comprobar que pueden realizar algunos ejercicios. Hay que tener en cuenta que muchos de nuestros residentes tienen problemas de depresión", explicó la directora. La actividad es totalmente voluntaria aunque los trabajadores del centro les animan a que participen en estas sesiones. "La primera y segunda vez les cuesta pero cuando adquieren la rutina, ellos mismos después de desayunar nos piden venir hasta el gimnasio", explicó María José Penedo.

La residencia de Nuestra Señora de Os Gozos organiza también actividades similares como talleres de baile con el objetivo de mejorar el ritmo cardíaco, incrementar la resistencia y aumentar la circulación sanguínea de sus mayores. El fomento de las relaciones sociales es otro de los objetivos de la iniciativa ya que favorece el intercambio de opiniones y la comunicación entre los residentes. "Hay gente muy tímida e introvertida que al venir al gimnasio siempre se relaciona más lo que repercute en una mejor calidad de vida de nuestros residentes", explicó la directora.

El taller se enmarca dentro del proyecto Experiencia Activa, una iniciativa puesta en marcha por la Fundación San Rosendo y que cuenta con la colaboración del diario La Región e Inditex.

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