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El pedregal reina en el paseo del Barbaña

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photo_camera Piedras desprendidas, bordillos rotos, desniveles causados por la erosión en el camino; son algunos de los obstáculos que se encuentran las personas que pasean por allí.

Las tormentas de este verano le han pasado una dura factura al paseo fluvial a orillas del río Barbaña, entre O Polvorín y Barbadás, llenándolo de socavones, desniveles y piedras levantadas. Todo un calvario.

Recorrer el paseo a orillas del río Barbaña entre el barrio de O Polvorín y la vecina Barbadás ha dejado de ser un disfrute para paseantes y deportistas para convertirse en una improvisada yincana entre desniveles del terreno, cascotes repartidos por el camino o socavones de tamaño considerable que si uno no se fija  pueden terminar en más de una rotura fibrilar o problema muscular, así como caídas no previstas.

Desde el Concello de Ourense admiten el problema y apuntan que "es fruto de las tormentas que se sufrieron en días pasados y que arrastraron tierra y piedras", según explica el concejal de Parques y Jardines, José Araujo. El edil añade que ya se ha pasado orden a los operarios municipales de que acometan cuanto antes la recuperación de esta zona -que en este caso es responsabilidad únicamente del Consistorio-, pero el responsable del área matiza que "están haciendo lo que pueden", y se explica: "Tenemos en este momento cuatro operarios y deben ocuparse del mantenimiento de los entornos o paseos de los ríos Miño, Barbaña, Barbañica y Lonia".

De momento, los socavones siguen siendo dueños del paseo fluvial que recorre el Barbaña, hasta nueva orden.

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