Las arquitectas Paula Feijóo y Emma Noriega, de la consultora Urba+, han sido las encargadas de guiar el proceso participativo del Móvete por Ourense, que finalizan con "sensaciones positiva". Feijóo está segura de que la ciudad conseguirá el vuelco que la ciudadanía demanda.
¿Con qué sensación terminan este proceso?
Fue un trabajo largo, complejo porque todo parte de la Mesa de la Movilidad, que estaba muy enquistada, con participantes molestos y con cierta impotencia porque no veían resultados. No es lo mismo empezar de cero que ya partir de un punto en negativo, los inicios fueron muy complicados, por eso al final hubo tantas reuniones no previstas. Pero el balance ahora es muy bueno, lo que estaba encima de la mesa, el diagnóstico que todos vemos es el resultado. Todo el mundo desea lo mismo y no son 40 personas, sino que 10.000 han participado.
¿Qué se desea?
Que haya un cambio en la movilidad, que se pacifique, sea más amable, que los políticos sean valientes y no tengan miedo. ¿Qué pasa? Al final todo pasa por el político que gobierna y aunque los técnicos digan cosas, siempre depende de la voluntad. Y la gente la pide, y también valentía.
Pero parece que los partidos van en la misma dirección.
Sí, salvo DO que se desmarcó, el resto están en esa línea. En la reunión de hoy (por ayer) se validó el plan general de acciones por todos para empezar a trabajar, tomar decisiones, aprobar partidas presupuestarias. La voluntad parece que está y la valentía también para seguir el cronograma. Tenemos que cambiar el concepto de movilidad y hay que empezar ya.
No puede quedar en el cajón, como tantos planes.
Como equipo técnico nos sentimos súper satisfechos de haber conseguido que todos estén apoyando la hoja de ruta. Pero es que al final es un clamor de la ciudadanía que nosotros reflejamos.
No hablamos de quimeras, sino que las medidas son aplicables.
Son acciones concretas con una guía técnica, qué es lo primero que hay que hacer, las consecuencias, cómo afrontarlas. Los temas de movilidad, como por ejemplo peatonalizar una calle, tienen una consecuencia en el entorno. Hay que ir aplicando una serie de correcciones. Todo está hilado y unas cosas van a pedir otras, se puede empezar ya.
Se ve en los colegios.
Algo que se pide es cumplir la ordenanza de tráfico. Si todos los hiciésemos, esta ciudad sería otra. No se puede tener ese sentimiento de impunidad de aparcar, por ejemplo, en una acera. El 60% de los padres que aparcan mal viven al lado del colegio, lo hacen por comodidad y así se montan líos. Debe haber más concienciación, sanciones. Que los propios ciudadanos pidan que se cumpla es muy significativo.
Los ejemplos son positivos en otras ciudades.
También hay esa ventaja, no tenemos que inventar nada. Creemos que es el inicio de algo bueno para Ourense.
"No hay necesidad de poner patas arriba una ciudad para pacificarla"
El desafío final es una gran "almendra" peatonal. ¿No es muy ambicioso?
No. Ese objetivo tiene unos pasos anteriores, será consecuencia de todo lo demás. Unas acciones pedirán otras. Lógicamente, no puedes plantear una súper peatonalización de un día para otro, no hay necesidad de poner patas arriba una ciudad para pacificarla, hay que ir adoptando medidas menos agresivas. El paso anterior es conseguir que Ourense sea una "ciudad 30".
¿Cómo se resta peso al coche?
Hay que ir ganando espacio para los viandantes con intervenciones cuidadas, como plataformas en las que el coche conviva pero que esté en un segundo plano. Así, a medio plazo ya cambias el concepto de ciudad. Limitar a 30 no es solo poner señales.
Proponen también ejes peatonales.
Es muy importante la conexión sur-norte, que es muy fácil de hacer porque está todo a la misma cota. Así conectas la ciudad desde el Campus a la avenida de Zamora y, allí, hasta el paseo del Barbaña. Tienes dos sendas peatonales y ciclables muy fáciles y seguras. Antes de esa "almendra" hay que conseguir tener esos dos ejes, con intervenciones sencillas, aunque requerirán pequeños proyectos. Lo bueno es que ya sabes por donde empezar, hay una hoja de ruta. n
