La Policía Autonómica inspeccionó el cauce para cerciorarse de que no había peces muertes.
Las agresiones al río Barbaña ya parecen ser una constante sin que ningún organismo ponga remedio, ni tampoco, pese a las sucesivas apertura de investigaciones policiales y expedientes sancionadores, se llegue a identificar a los autores . El río recibió ayer un nuevo vertido que, como viene siendo habitual, volvió a cubrir de espuma el cauce, entre la estación de tratamiento de aguas residuales de San Cibrao, en O Piñeiral, y su desembocadura en el Miño.
De la presencia de la espuma se percataron por la mañana los vecinos que paseaban por O Polvorín, que alarmados alertaron de la situación a la Policía Autonómica que, a su vez, paso aviso a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.
Al lugar se desplazaron una patrulla policial y agentes del organismo de cuenca, que recogieron muestras de agua con el objetivo de analizarlas en su laboratorio para determinar el grado de contaminación. En las primeras analíticas no se encontraron materiales pesados, que pudieran poner en peligro la fauna acuática, aunque si de detectó, según fuentes policiales, un alto grado de concentración de detergentes.
Los agentes comprobaron que el vertido procedía de la estación depuradora de aguas residuales de San Cibrao -el río estaba limpio aguas arriba-, por lo que inspeccionaron el funcionamiento de las instalaciones que, según las mismas fuentes, no encontraron ninguna irregularidad, dado que la espuma llegaba a la depuradora a través de la red de saneamiento. El personal del organismo de cuenca incluso revisó las canalizaciones pero no encontró el foco exacto del vertido.
