La economía, la crisis o la falta de ideas, entre los factores de un aumento de casos de sobrepeso
Desde el curso 2010/11, el Campus de Ourense cuenta con una iniciativa, llamada hasta este curso "Campus conVida", a través de la que se pretende promocionar las virtudes de la vida saludable entre el alumnado. Todos los martes, los organizadores de esta actividad instalan un stand en alguno de los distintos departamentos del Campus, desde donde informan sobre aspectos variados y realizan controles de distintos niveles, como el peso o la tensión. La buena acogida de esta iniciativa hizo que el pasado curso se trasladase a los campus de Vigo y Pontevedra.
Una de las áreas en las que se trabaja dentro del "Campus conVida" es la alimentación de los estudiantes universitarios. Julia de la Montaña, profesora del área de Nutrición y Bromatología de la Facultade de Ciencias, es la encargada de coordinar esta sección, desde la que se trabaja en el estudio de la adherencia de la dieta mediterránea en los alumnos, así como de datos como el índice de masa corporal.
Fruto de estos estudios, los investigadores del "Campus conVida" han determinado que la gran mayoría de los universitarios, tanto hombres como mujeres, "se encuentran dentro de lo que consideramos el normopeso -es decir, la relación entre su peso y su altura se encuentra entre 18,5 y 24,9-". No obstante, el estudio también detecta "un aumento en el porcentaje de estudiantes que tienen problemas de peso, es decir, que aumentaron el sobrepeso y la obesidad", aunque todavía impera un importante número de alumnos dentro de los índices de normalidad -cerca del 75% de las mujeres y el 70% de los hombres-. "Aquí hay un problema, pero éste es el reflejo de la sociedad", señaló De la Montaña.
La principal consecuencia de esta situación, estima la docente, es que la dieta de los universitarios "se aleja bastante de los patrones de dieta saludable". De hecho, los datos de los que disponen los investigadores es que "sólo el 6% de los alumnos estudiados sigue el patrón de alimentación cardiosaludable en estos momentos", cuando en el primer año del estudio el porcentaje alcanzaba el 26%.
Dentro de estos malos hábitos, Julia de la Montaña destaca un patrón que se repite en la sociedad en general: "un consumo excesivo de carne". "Se recomienda que la carne aparezca como plato principal menos de una vez a la semana, y el resto de los días deberían aparecer otros alimentos", explica la docente, que también se detecta un escaso consumo de pescado o de verduras.
Es difícil precisar la causa de este declive en la dieta universitaria, ya que entran muchos factores en juego, como la situación económica de los alumnos, para lo que defiende una bajada del precio de las frutas y verduras. La falta de tiempo para cocinar o comprar productos es otro de los factores determinantes, ya que desde la entrada del Plan Bolonia, "los alumnos están muchísimas horas de trabajo en la Universidad". Por último, señala al desconocimiento de los estudiantes de muchos productos saludables y de fácil elaboración o consumo directo a la venta en los supermercados. "La sociedad lleva a pensar que la comida rápida es la no saludable, pero en los supermercados también existe", defiende Julia de la Montaña.
