El responsable del equipo de Foster destaca la recuperación de espacios para la ciudadanía y una "gran cubierta" que se integra con el actual edificio
Cuatro días después de lo inicialmente previsto, la sociedad ourensana pudo conocer los pormenores del proyecto de la estación intermodal, en un acto con un eminente carácter técnico que estuvo moderado por el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ricardo Babío. Acudieron, entre otros, el presidente de Adif, Juan Bravo; el presidente de la Diputación, Manuel Baltar; el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez; o la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez.
Los encargados de detallar las especificaciones a los más de 100 asistentes fueron Pablo Urango (Foster & Partners), Tomás Mañas (Ineco), Juan José Lamas (subdirector de proyectos de Adif) y Lorena Pardinas (Proyfe). Todos coincidieron en que el proyecto cumple con un objetivo, lograr una "intermodalidad sencilla, rápida e intuitiva", además de recuperar para la ciudadanía espacios públicos.
Los principales ojos estaban puestos en el trabajo desarrollado por el equipo de Norman Foster, encargado de la terminal ferroviaria y de las acciones de permeabilidad entre A Ponte y O Vinteún, una labor en la que agradeció las aportaciones del ourensano Juan Carlos Cabanelas.
Pablo Urango explicó las bases de la actuación. Se mantiene el actual edificio de la estación para "poner en valor su identidad", ampliándolo con un nuevo vestíbulo para "usos y servicios, con zonas comerciales".
El aspecto de la plaza que da acceso a la terminal también tendrá un lavado de cara. Aprovechando la liberación de la explanada, se "crea un espacio público de gran calidad" para los viandantes, en el que está previsto instalar una fuente que evocará la relación de Ourense y el agua.
Aquí se podrá ya vislumbrar la gran cubierta prevista, "formada por una serie de planos de hormigón sobre esbeltos pilares", un sistema modular que "permite futuras ampliaciones y se integra con el edificio, tomando el color de su granito".
El otro reto al que ha tenido que enfrentarse el equipo de Foster es la permeabilidad. Para mejorar la conexión, se plantea una pasarela junto a la terminal y se crea un espacio público de 15.000 metros cuadrados cubriendo las vías que "resuelve problemas como los ruidos constantes a las casas adyacentes". Esta gran plaza, de uso peatonal, llegará hasta el puente de la avenida de Santiago, "cosiendo la trama urbana".
La consecución de una intermodalidad efectiva ha sido una de las principales preocupaciones que se han atendido, tanto por el equipo de Foster como por el estudio Proyfe, encargado de la estación de autobuses. Ambas terminales estarán conectadas tanto por el exterior, como en el interior, "un camino de menos de 100 metros sin barreras arquitectónicas, claro y sencillo", señaló Lorena Pardinas.
Para llevar adelante la estación de autobuses, se ha tenido en cuenta el "condicionante" del centro de salud de A Ponte, que dispondrá de una franja arbolada de 15 metros que lo separarán de las 18 dársenas previstas. El diseño de la terminal de autocares ha tenido en cuenta también la necesidad de construir un vestíbulo para servicios y oficinas.
Pardinas destacó también que "se duplicará la oferta de aparcamiento" con el nuevo equipamiento subterráneo, que tendrá 302 plazas y tres accesos peatonales.
Nuevos andenes
La llegada de los trenes de alta velocidad también cambiará el aspecto de la playa de vías. Según informó Tomás Mañas, se está redactando el proyecto constructivo para remodelar las vías, una actuación que será licitada en el último trimestre del año. Se contemplan también dos nuevos andenes de 400 metros de longitud "que mejorarán el control y la gestión de los tráficos", ya que, según dijo Mañas, "se espera superar el millón de viajeros al año" con los nuevos servicios ferroviarios.
De esta manera, los trenes de alta velocidad circularán por las nuevas vías, más pegadas al barrio de O Vinteún, mientras que los actuales recorridos se canalizarán por el tramo más próximo al edificio de viajeros.
