TRIBUNALES

Una red de narcos usaba argot de taller mecánico como clave, en Ourense

Las notas del empleado de un céntrico pub "lo ponían todo" e incluían "nombres de personas importantes"

Los 70 papeles con anotaciones que Alfonso M.F., empleado del pub Down 31 en la calle Valle Inclán, entregó a una patrulla de Seguridad Ciudadana el 3 de abril de 2015 dieron muchas pistas a la Policía Nacional. "Esas anotaciones lo ponían todo; hasta nombres de personas importantes", aseguró una policía en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia provincial contra siete personas acusadas de tráfico de drogas a pequeña y mediana escala. Pero había algunos nombres que destacaban porque aparecían referenciados con más gramos de cocaína y dinero. 

Por esa razón, según confirmó el exjefe del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Ourense, Antonio R.F., se centraron "en los mayores compradores" para, en un primer momento, discriminar entre consumidor y traficante, ante la sospecha de que algunos podían estar utilizando la sustancia adquirida para vender. Al juzgado instructor se le entregaron 37 de los 70 papeles incautados, aquellos con mayor interés policial.

De esta forma, comenzaron centrando la investigación en José B.M. "Pepón" -los papeles recogían compras de hasta 38 gramos en 12 días-; intentaron también intervenir el teléfono de David A.F., por las importantes transacciones de dinero entre ambos, pero la Guardia Civil ya lo estaba investigando. En este caso, los investigadores partían de la suposición de que este último era el que vendía a Alfonso.

Las intervenciones telefónicas y los seguimientos -explicó el jefe del operativo antidroga- permitieron confirmar que "Alfonso y Pepón eran socios en la droga", que se vendía tanto en la casa que compartían en Parada de Piñor -a la que aludían como "el tenderete"- como en el pub de Valle Inclán. Ahora bien, la policía aseguró que Pepón no frecuentaba el Down 31.

Las conversaciones intervenidas también revelaron que "uno de sus proveedores importantes era Antonio N.N.",  con el que  contactaban a través de otro de los inculpados, Manuel P.V.

Una de las policías que participó en los seguimiento, situada a dos metros, llegó a escuchar incluso como José B.M.  le recrimina a Antonio N.N. como los dos gramos de cocaína que le dejó de muestra  -antes de comprar más- no eran de calidad.


Conversaciones en clave


Los policías del grupo de estupefacientes explicaron que los inculpados hablaban en clave para evitar referirse a la cocaína, utilizando un argot propio de los talleres mecánicos. En el caso de Marcos F.B., otro de los supuestos compradores de Antonio N.N., aparecen referencias etílicas (litros, vino y licores).

Las mayores cantidades de droga intervenidas en esta operación aparecieron en la casa de Diógenes Antonio D.J.C..  Pero, según precisó una de las policías que participó en el registro del piso de Eulogio Gómez Franqueira, voluntariamente solo entregó un envoltorio con 39,2 gramos de cocaína.  Los 110,60 gramos restantes los halló la policía detrás del cabecero de una cama.

El juicio que comenzó el lunes terminará hoy con las conclusiones de las partes. 

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