Era el último de los cuatro hermanos de Nogueira de Ramuín fundadores de la empresa Barreiros
El empresario Graciliano Barreiros Rodríguez, último de los cuatro hermanos que habían creado la empresa Barreiros Diesel, que logró ser un referente en el sector automovilístico español entre los años cincuenta y setenta del pasado siglo, falleció ayer en Madrid. Nacido en Gundiás (Nogueira de Ramuín) en 1927, era el tercer hermano de la familia formada por Eduardo Barreiros Nespereira y Luzdivina Rodríguez, de la que nacieron seis hijos: Eduardo, Valeriano, Graciliano, María, Mariluz y Celso.
Vivió la infancia y primera juventud entre Os Peares y Ourense, donde cursó los primeros estudios, que luego continuaría en Madrid, donde estudió ingeniería industrial, disciplina en la que acabaría alcanzando el doctorado. Su vida profesional estuvo vinculada al grupo empresarial que formaron los cuatro hermanos varones, liderados por el mayor, Eduardo, especializado en la transformación de motores de gasolina en diesel, que luego fabricarían en serie.
Graciliano fue consejero delegado y responsable directo del área de investigación, siendo reconocido como uno de los artífices del éxito empresarial, liderando una de las empresas más importantes de España en la época, en la que los Barreiros deslumbraban al país desde la moderna factoría de Villaverde, con 1,3 millones de metros cuadrados, que pertenecen al grupo galo PSA.
Pese a la lejanía y el éxito empresarial y económico, los Barreiros nunca olvidaron su tierra natal. De hecho, con ellos crearía a finales de los 60 del siglo XX la empresa Baorsa (Barreiros Orense, Sociedad Anónima), que pondría en marcha una de las primeras empresas del Polígono de San Cibrao, que dedicarían a la forja. De sus naves, salieron piezas y componentes para motores de vehículos y otro tipo de maquinaria, aunque posteriormente en los años 70 y primeros 80 llegó a hacer incursiones en el sector armamentístico fabricando obuses. Luego vinieron tiempos de crisis y los Barreiros se desligaron de la empresa, que renació como Forjas de Galicia y hoy es Galfor, S.A.
Estaba casado con la pintora, mecenas de arte y galerista Mayte Spínola, con la que tuvo tres hijas, Grachya, Mayte y Rocío. Sus restos mortales recibirán sepultura hoy en el madrileño cementerio de San Isidro.
