OBITUARIO

Dorinda Ramos: la mujer que nunca olvidó el barallete

Dorinda Ramos, viuda de Eduardo Barreiros. - Horizontal. Individual.
photo_camera Dorinda -Dory- Ramos Ramos, en una foto durante un acto en Madrid.

Era la presidenta de Honor de la Fundación Eduardo Barreiros, creada para homenajear al empresario que levantó un imperio de la nada, desde su pequeño taller de Ourense

Era el año 1940. Eduardo Barreiros tenia 20 años y una intensa vida profesional como mecánico de automóviles y pequeño empresario. Un día se fijó en una jovencita de 15 que vivía en Cerreda (Nogueira de Ramuín) y estaba interna en las Carmelitas de Ourense estudiando para maestra. El encuentro lo contó así Eduardo: "No me atreví a decirle nada porque siempre fui tímido. Pasaron dos semanas, con ganas de volver a verla porque me había enamorado de aquella muchacha con la que no había hablado ni una palabra. Era guapa y sencilla, encantadora". 

La jovencita se llamaba Dorinda; era huérfana de madre y vivía con unas tías. Se conocieron y él no paro de escribirle cartas de amor, no siempre con respuesta porque Dory (así le llamaban en casa) se puso dura . "En aquel momento yo era la rica del pueblo y él llegó a creer que no lo quería porque aspiraba a algo mejor… Te entraba por los ojos porque era guapísimo", declaró años después. Estuvieron de novios siete años en los que él caminaba hasta diez kilómetros para ir a verla. Después vinieron dos hijos Mariluz (nacida en la calle Cardenal Quevedo) y Eduardo, nacido en Madrid . Después vino el traslado a Madrid , los éxitos internacionales, los reconocimientos, algún fracaso y Dory, siempre ahí, queriéndolo y admirándolo incondicionalmente .

Era una mujer acogedora, charlatana, sonriente, con un fortísimo acento gallego que no perdió nunca, como nunca olvidó el vocabulario del “barallete” que aprendió de niña en su pueblo y que el mismo Cela reconoció en un artículo haber recogido de ella. Ni Eduardo  ni ella olvidaron nunca sus orígenes ourensanos . 

En su hermosa finca del Escorial hay cuatro paredes cubiertas  con dibujos del artista ourensano Baltar. En los últimos años de su vida, su hija Mariluz le organizaba  animados cumpleaños en los que no faltaba la presencia de ourensanos a los que ella dedicaba especial atención. Siempre bien maquillada, arreglada, sin ostentación de ningún tipo .

"Sé que he tenido una vida muy plena porque he querido mucho…el amor lo vence todo. Creo que darse a los demás produce muchas satisfacciones y alegría. Y es que no queda nada sin premiar". Declaraba a Begoña Aranguren en el libro: "La mujer en la sombra" . Esa satisfacción por la vida era lo que Dory trasmitía a quien la conocía. Los últimos cinco años los pasó ausente, muy cuidada y mimada por sus hijos y nietos. 

(Dorinda Ramos falleció el sábado. Su entierro tuvo lugar en el panteón familiar en la intimidad. El funeral por su eterno descanso se oficiará el miércoles, 27 de diciembre de 2017, a las 19.30  horas, en la Iglesia de San Antón, calle Hortaleza 63, en Madrid).

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