HURACÁN IRMA

Una familia de Ourense, en el ojo del huracán Irma del Caribe

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photo_camera Germán Rodríguez Saá y Lorena Varela Gómez con sus hijas en el hotel de Miami.

Acudió a Miami a pasar las vacaciones y aguarda el paso de las precipitaciones con preocupación

El huracán Irma arrasa desde el pasado miércoles las islas del Caribe allá por donde pasa. Su trayectoria hacia EE.UU. pone a Miami en primera línea de su llegada, prevista para la madrugada del sábado al domingo. 

La situación pilló de imprevisto al ourensano Germán Rodríguez Saá, quien disfrutaba de sus vacaciones junto a Lorena, su mujer  y sus dos hijas menores en Miami Beach. El pasado sábado se desplazaban en taxi a un centro comercial cuando el conductor les comentó que se estaba generando una tormenta tropical con paso a huracán. Esa fue la primera información que tuvieron sobre Irma. 

A partir de ese momento, todo ha ido in crescendo, incluida su preocupación. "A medida que se iba confirmando la trayectoria de Irma, la ciudad se volvía más intensa", relata Germán. En la mañana del jueves recibieron una circular del hotel en que se alojaban en la que se les instaba a abandonarlo antes de las 14.00 horas de ese mismo día, circular que se acompañaba de un comunicado oficial firmado por el alcalde de Miami Beach, Philip Levine, donde también indicaban los lugares de acogida habilitados por el Gobierno, aviso que con el paso de las horas se convirtió en orden de evacuación obligatoria.

Germán y su familia trataron de buscar una salida aérea que en ningún caso fue posible. Siguiendo los consejos del Consulado y conocidos lograron alojarse en el Down Town de Miami, en un hotel a priori preparado para soportar este tipo de fenómenos climatológicos, en la planta 35. 

"Estamos en tensión, es cierto que estos fenómenos son impredecibles y tenemos la esperanza de que pueda desviarse", afirma Germán. "Es una situación -añade- nunca vivida por nosotros, que estamos intentando asimilar de la mejor forma posible". Pero no es fácil: "Sabemos que será difícil y tenso, sobre todo explicar a las niñas lo qué va a pasar para que no suponga un colapso". 

Destaca la tensión generalizada, pues en el área metropolitana de Miami viven más de seis millones de personas, la mayoría de ellos en casas unifamiliares de planta baja con una posición complicada de cara a las marejadas ciclónicas, lo que ha provocado desplazamientos masivos y el colapso de las vías de salida de la ciudad."Quedamos muy pocos aquí, ha habido mucha tensión, mucho estrés y mucha alarma social" explica.

Asimismo, comenta que, "por suerte, se nota que tienen los procedimientos bien aprendidos, pues dentro del caos ha sido todo bastante ordenado".

En este momento Irma se ha degradado a categoría cuatro (el máximo es cinco) y, a pesar de que supone vientos de 250 kilómetros por hora, en la ciuadad se valora como "buena noticia", tal como comenta la familia ourensana. "Esperamos que continúe reduciendo su intensidad y no que se desvíe, porque no nos tocaría a nosotros pero sí a otras personas. Ahora hay que mantener la calma y ser positivos", concluye Germán Rodríguez. 

El alarmismo americano les llama la atención

A pesar de que el desconocimiento puede ser el motivo de una calma relativa, y así lo reconoce este ourensano en el ojo del huracán, asegura que tanto a él como a su esposa les llama la atención "la mentalidad americana de alarmismo".  Por momentos, como si estuvieran en el guión de una película. Y pone un ejemplo: "Fuimos a un supermercado a comprar agua y algo de comida por tener algunas provisiones  preparadasy aquello parecía de película. Apenas había agua y la gente corría a por lo poco que quedaba. Nos pareció, por momentos, excesivo". Incluso, añade, las carreteras están colapsadas.

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