El día grande del Entroido en la ciudad sacó a la calle a vistosas carrozas seguidas por numeroso público.
Ourense
Desfile de Entroido en Ourense
El cielo se cernía amenazante, las nubes negras iban conquistando espacio y todos los ourensanos esperaban que la lluvia no fuera a anular el desfile de carrozas del Entroido. Mientras los participantes se iban preparando y colocando en sus puestos de salida, el agua debió de comparecerse y se mantuvo de forma discreta, apareciendo con fuerza en solo pequeños momentos del recorrido, pero no fue suficiente como para apagar las ganas de fiesta de los ourensanos.
Freixenet y sus burbujas, el mismo Carlos de Inglaterra, pequeños cocineros, muchos disfraces de fantasía, los ya casi extintos seiscientos, un funeral con muerto incluido, venecianos, emoticones escapados del guasap, jóvenes, mayores, niños y ancianos, todos demostraron la gran capacidad de imaginación de los ourensanos a través de las tres horas de recorrido festivo por las calles de la ciudad.
La música de charanga y de algunas carrozas fue animando a los numerosos espectadores que se fueron colocando a lo largo del recorrido para no perder detalle de todos los personajes que iban desfilando ante sus ojos y también ejercer de paparazzis.
