Julio Nieto, natural de Durango y con residencia habitual en Tenerife, aunque de padres ourensanos, se encuentra estos días en la ciudad "reparando" una de sus últimas obras, el "Enamorado de acero".
Esta es una pieza que ha recorrido ya varios países y estos días se "recupera" en la metalistería Argimiro de la calle Remedios, en O Couto.
¿Cuál es la razón de que esta escultura se encuentre en este taller de metalistería?
Se trata de una escultura que ha recorrido 35.000 kilómetros; ha estado en Estados Unidos, en Alemania, en Madrid, Barcelona, Italia... A lo largo de los últimos 10 años, que es la edad que tiene la pieza, ha sido vista en medio mundo y ahora termina en este taller. La razón es que mis padres viven justo encima y aproveché mi estancia estos días en la ciudad para consultar al dueño por una solución decapante para eliminar el óxido que afectaba a algunas partes de la obra tras su paso por una reciente exposición en Tenerife. Él me iba a informar sobre la solución, pero como le dije que tenía aquí la pieza, me dijo que se la bajara y ahí está expuesta hasta que llegue el fin de semana y la traslade a Ibiza, donde está previsto que forme parte de una nueva muestra al aire libre el próximo mes de septiembre.
¿Cómo se denomina esta escultura?
Se llama "Enamorado de acero", es una persona totalmente enamorada que tiene un corazón atravesándole el pecho y está entregando una flor de esta forma tan acrobática porque ya lo ha intentado de tantas formas diferentes sin éxito que ya no sabe casi como entregarla; es un canto a la locura del amor. Esta obra forma parte de una colección que está recorriendo varias ciudades y son piezas realizadas en acero; precisamente esta semana se está montando una en Baltimore.
¿Su obra es siempre en acero?
Mi paso a la escultura en acero surgió hace unos 15 años, cuando me entró la necesidad de trabajar piezas en gran formato. La verdad es que en aquel tiempo el trabajar en bronce resultaba demasiado caro si no se trataba de una obra solicitada por algún organismo oficial y opté por este material, hasta que poco más tarde empezaron a surgir los primeros encargos. A partir de ahí alterno el bronce y el acero.
¿Y ese gusto por el cuerpo humano?
La figura humana es como una pulsión para mí, es inabarcable y una inspiración constante.
¿En qué lugares pueden encontrarse sus piezas?
Estan repartidas por muchos sitios, también expuse aquí en Ourense, en el Auditorio, hará unos 10 años, aunque en ese caso no eran piezas para mostrar al aire libre. Ahora trabajo en un proyecto de una segunda escultura en un túnel en la isla del Hierro, ya hice la de un chico con un ramo de flores que espera a su novia en un lado del túnel y ahora perfilo la de esa novia que se colocará al otro lado del mismo túnel, esperándole.
¿Y qué le parece la expectación que está despertando?
Es cierto que la gente se para, in- cluso quiere hacerse fotos. Es como salirse del circuito del arte, algo poco habitual, pero si eso permi- te a la gente disfrutarla, es una satisfacción
