CRIMEN DEL CHUO

El fiscal solicita por el crimen del CHUO “una pena ejemplar"

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photo_camera Aniceto Rodríguez, a la izquierda, en la última sesión de la vista oral. (M. PINAL)

La acusación particular recordó en nombre de la familia que a Fuentes "la mataron dos veces"

Aniceto Rodríguez Caneiro (78 años) concluyó el juicio como empezó. Si el pasado lunes aseguró que estaba desmemoriado debido al ictus que sufrió al autolesionarse, ayer, en su derecho a la última palabra, repitió el guión: “No entendí nada de nada”, en alusión a que no era consciente de lo acontecido en los cuatro días que duró la vista oral.

En la última jornada de plenario, tanto las acusaciones como la defensa mantuvieron sus posturas iniciales. El fiscal, una pena de 39 años de cárcel, la acusación particular, 49 por intentar asesinar a su esposa, Isabel Fuentes, en la vivienda conyugal de Pazos (Verín) el 2 de abril de 2015 y materializar el crimen 36 días después en la habitación 417 del CHUO. El letrado, en caso de condena, siete años como máximo.

"En nombre de la sociedad, solicito una sentencia ejemplarizante; son muchas las mujeres que están muriendo a consecuencia de estos actos de violencia de género por parte de personas que creen que ellas les pertenecen", aseguró el fiscal Julián Pardinas al final de su intervención, en la que desgranó con detalle la acción "planificada" y desplegada por el inculpado tanto en Pazos como en el hospital.

"Creyó que estaba muerta"

Para el fiscal de Violencia de Género de Ourense, Rodríguez Caneiro intentó asesinar a su mujer en la noche del 2 de abril cuando veía la televisión. Golpeó reiteradamente su cabeza con un martillo y, creyéndola muerta, recabó el auxilio de sus vecinos al grito de "Perreras, mataron a Isabel". Previamente, añadió la acusación pública, salpicó toda la casa de pruebas falsas para dar la aparienca de un robo.

Rechazó rotundamente el trastorno mental transitorio que esgrime la defensa en tanto que el acusado "planificó previamente" el crimen. Para Pardinas no cabe duda que "Aniceto Rodríguez es una persona mala que bajo una apariencia de debilidad sabía perfectamente lo qué hacía". Y sostuvo que finge estar desmemoriado, en tanto que "su memoria es selectiva", en alusión a que sí recuerda hechos de su vida pasada (el hallazgo de un meteorito, por ejemplo).

Insistió en considerar los hechos como asesinato porque "Isabel no tuvo ninguna posibilidad de defensa". En Pazos, el ataque "fue súbito" y en el CHUO la víctima estaba entubada y con una mano atada. Posteriormente, escribió una carta en que sigue culpando a otros del episodio de la casa familiar y expresa que quiere ser incinerado con ella, "una muestra máxima de la violencia de género", valoró el fiscal.

Acusación particular

"A Isabel la mataron dos veces", sostuvo Beatriz Seijo, la abogada que representa en el proceso penal a la familia de la víctima, quien cree que Aniceto orquestó un "plan diabólico" que tenía como finalidad acabar con la vida de su mujer, con la agravante de ensañamiento al entender que se causó "un deliberado sufrimiento" a la víctima."Aniceto sabía que se le acababa el tiempo y que había sospechas sobre él", destacó Seijo.

La letrada no pasó por alto la desprotección judicial de Isabel Fuentes teniendo en cuenta que el inculpado era sospechoso de la agresión de Pazos pese a que él había denunciado un robo con violencia. Y recordó que a la familia se le privó de la posibilidad de defenderla porque nunca se le dijo que estaba bajo la lupa. "No se le dio a la familia la oportunidad de intervenir para tratar de salvarla", sostuvo. "Hubieran estado día y noche en su puerta", añadió.

La acusación particular reclama diez años más de condena (49) que el ministerio fiscal por la existencia de ensañamiento en los dos ataques que sufrió Isabel Fuentes, y que considera que queda acreditado por los "golpes redundantes" que le realizó el agresor en ambas ocasiones. De este modo, en la primera agresión apunta a que la "saña y ganas de matar" del atacante provocó que hubiera salpicaduras de sangre incluso en el techo de la sala; mientras que en la agresión en el CHUO, el agresor movió hasta cuatro veces el cuchillo a pesar de haberlo clavado en una zona vital del cuerpo de la víctima. 

La defensa cuestiona la inspección ocular

El letrado de la defensa, Jorge Temes, puso en solfa la investigación de la Guardia Civil por los hechos acaecidos en Pazos, en tanto que se dejó aparcado el robo con violencia. "Se hizo una inspección ocular nada profesional", aseguró, en la que tan siquiera,  recordó, se tomaron huellas.  Tampoco se buscó ropa machada de sangre si es que se sospechaba de Aniceto.   En caso de que la sala considere que es autor de la agresión en Pazos reclama una condena por lesiones porque " puso en conocimiento de terceros su acción para evitar el resultado". El intento de sucidio de su cliente tras matar a su esposa evidencia, a su juicio, un trastorno mental transitorio que debe aminonar -dijo- la condena, así como el deterioro psíquico y físico que padece ahora. 

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