Las obras están paralizadas al cambiarse el proyecto para la inclusión de otros servicios
El Ministerio de Fomento aseguró a este diario a través de un portavoz que la obra interminable de reforma de la A-55 Vigo-Porriño (el último tramo de la conexión por autovía entre Ourense y la ciudad olívica) habrá concluido el próximo septiembre. Desde hace al menos cuatro meses no hay en apariencia movimiento ni trabajos en la autovía entre Vigo y Porriño, tanto en la subida como en la bajada de Puxeiros, pero sin embargo el dispositivo se ha mantenido, tanto en el pintado de la señalización con líneas amarillas que confunden, como en la limitación de la velocidad, a 60 por hora en varios tramos.
Según explicó el portavoz del ministerio, en el transcurso de las obras iniciadas en 2016 se han detectado servicios no contemplados anteriormente, que se afectan y que es necesario, por lo tanto, reponer. Fundamentalmente, referentes a canalizaciones de saneamiento y drenajes, sobre todo en el enlace de Bembrive, y telefonía y gestión del tráfico, en las márgenes en toda la traza.
En lo referido a aspectos geotécnicos, desde Fomento se indica que una vez que se han ocupado todos los terrenos necesarios para las mismas, se han podido completar los preceptivos ensayos de geotecnia, cuyos resultados obligan al ajuste de determinadas soluciones estructurales en el enlace de Bembrive, Cabral y Pousada, entre otros.
Por último, en lo referente a las afecciones a las propiedades colindantes, especialmente en la zona del punto kilométrico 10 de la autovía A-55 (a la altura de Tameiga, una de las zonas de máxima accidentalidad), las mismas fuentes señalaron que se han analizado ajustes para evitar o al menos minimizar afecciones a muros y parcelas con edificaciones.
Se mantiene el plazo
En todo caso, "el plazo marcado para finalizar la actuación, de septiembre de 2018, se mantiene", insistieron. La reforma se licitó por 8 millones de euros para mejorar el tráfico de un vial por el que pasan 60.000 vehículos a diario. Por otra parte, con respecto a las marcas viales amarillas y señalización de obras en la A-55, una vez finalice la obra, se repondrá la pintura con marcas viales blancas definitivas y las señales verticales de obra se retirarán y se dejarán las definitivas.
La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, señaló por su lado su preocupación al respecto y así lo transmitió a los responsables de Carreteras.
Lejos de lo demandado
Todo ello dejará como resultado una pequeña reforma de la autovía entre Vigo y Mos con la mejora de accesos y carriles de aceleración, pero muy lejos de la obra demandada y que consistirá en un nuevo trazado de la A-55 entre el Meixoeiro y Mos, con un túnel de varios kilómetros que saldría a la recta de los Molinos. El anteproyecto está ya redactado y cuenta con el visto bueno del ayuntamiento mosense y supondría una inversión de 170 millones de euros.
En este sentido, la Consellería de Infraestructuras remitió a Fomento una petición expresa de que el departamento estatal incluya en su plan de inversiones de forma prioritaria dicha autovía. La consellería también propuso otras actuaciones en materia viaria, sin incluir la A-59 gratuita de Vigo a Pontevedra al entender que tiene fuerte contestación vecinal.
250 accidentes al año en un punto negro de la red española
La autovía A-55 mantiene una media en torno a 250 accidentes con víctimas al año, aunque tiene a su favor que apenas haya habido fallecimientos. El último se registró en 2015 en una salida de la autovía, con el atropello de un peatón que cruzaba por un lugar prohibido.
Durante los dos últimos años la cifra de heridos se mantuvo en torno a los 200 al año, aunque con sólo siete graves en 2015 y 2016. No obstante, se mantiene parte del trazado, entre los puntos 10 y 11, como puntos negros de la red española. En concreto, una parte lleva tres años consecutivos como el lugar donde se producen más accidentes de todas las vías estatales.
