OURENSE NO TEMPO

Fray Escoba y un ourensano

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photo_camera René Muñoz, como Fray Escoba, abraza al niño Domingo Paz en una escena de la película.

Domingo Paz fue un ourensano, que de niño, tuvo un corto papel en la película Fray Escoba, estrenada en el 62

Los de la “quinta” de los 60 y algunos más recordarán que en los días de Semana Santa la religión se convertía en el eje principal de la vida de los ourensanos. Cierto es que la devoción de nuestros padres , abuelos y demás antepasados era más patente que la nuestra, pero también es cierto que las autoridades contribuían de manera muy decisiva a que todo el mundo participara en los actos. Las pocas salas de fiestas se tomaban un descanso, los cafés cambiaban los alegres cánticos de las "vedettes" por conversaciones a media voz que casi siempre versaban sobre a qué hora comenzaban los oficios, o qué bien hablaba el sr. obispo. En los bares no se encendía ni siquiera el transistor a no ser que fuera para escuchar el parte y algo de música sacra, y en los cines...

Los cines también podían echar el cierre, no sé si de manera obligada o voluntaria. Sin embargo, a partir de los años 50, con el estreno de una película excepcional, "Quo Vadis" (1951), todo comenzó a cambiar y la programación de películas históricas en las que se tocaban temas bíblicos vino a convertirse en una excusa excelente para que las salas tuvieran en estos días una de las mejores épocas de taquilla en todo el año, a "Quo Vadis" le siguieron "Los Diez Mandamientos" (1956), "Ben Hur" (1959), "Espartaco", "Cleopatra" y un largo etcétera de películas excelentes en su mayoría que se han convertido en imprescindibles .

A nivel español, en 1955 se estrena un bombazo: "Marcelino Pan y Vino", que a partir de aquel año se convirtió en reestreno obligado todos los años en Pascua y se abrieron las puertas a nuevos proyectos. Fue así como en el 62, con la distribución del gallego Cesáreo González, se estrena otro éxito del género: "Fray Escoba". 

Yo la recuerdo en aquella televisión de solo cadena y media (el "UHF" tenía un horario muy limitado, y "la primera" tenía descansos durante el día, ¿lo recordáis?, la carta de ajuste…), pues en mi niñez raro era el año en el que no se programaban las dos, o al menos una de ellas. Mi favorita era Fray Escoba. El caso es que tenía el tema casi olvidado cuando recientemente me entero de que el niño que tenía un papel corto, pero protagonista, era un ourensano. 

Domingo Paz, hoy ciertamente esta cambiado, los años han pasado y acaba de jubilarse, sin embargo, en su cara sigue conservando el gesto bonachón que seguramente fue la causa de que le asignaran el papel. Domingo, por circunstancias, en aquel año 60 estaba interno en el Colegio San Vicente de Madrid, cuando la gente del cine acudió pidiendo ayuda para una nueva producción. Fueron cerca de doce niños los que encajaban en los perfiles de la película, y ahí comenzó una aventura para Domingo. Unas vacaciones fue lo que supuso para ellos aquel trabajo, tres meses en Ávila a cuerpo de rey es lo que mejor recuerda nuestro actor. Buen hotel, buena comida, y de vez en cuando algún regalo de los actores que no tardaron en tenerles gran aprecio. ¡Eso sí!, los asuntos de dinero iban por otro conducto y los niños no veían un duro, para eso ya andaba por allí muy atento algún “encargado del colegio ” que evitaba molestias.

Con ocho años, aquellos días de rodaje en el monasterio abulense de Santo Tomás se convirtieron en algo inolvidable. Este ourensano aun recuerda con mucho cariño a todos los artistas con los que compartió reparto. ¿Os suenan?: José Bódalo, Xan das Bolas, Alfredo Mayo... incluso a los frailes dominicos del monasterio le traen buenos recuerdos. ¡Bueno!, si acaso, con cierto enfado hacia sus tutores, ya que poco después volvieron a buscarlo para otra película: “El Cristo Negro”, que contaba con el mismo protagonista, el cubano René Muñoz, y el mismo director, Ramón Torrado, pero no le dejaron participar por estar en época de exámenes. El último recuerdo de su carrera de actor es el del estreno de la película en diciembre de 1961. El escenario fue el cine Tomás Luis de Victoria (Ávila) y la nieve se encargó de darle un toque navideño al acto que lo hizo inolvidable. 

Domingo se formó como tipógrafo y dedicó más de treinta años a las artes gráficas. ¿Quién sabe?, quizás aquella decisión de sus tutores nos haya privado de tener un Pablito Calvo Ourensano…

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