EN LA CIUDAD

Galerías céntricas y pequeñas, las que sobreviven a la crisis en Ourense

Galerías comerciales en la ciudad: entre Samuel Eiján y Curros Enríquez.
photo_camera Interior de las galerías comerciales de Samuel Eiján a Curros Enríquez.

En el extremo opuesto, las más largas presentan un alto índice de desocupación de sus locales

Pese a la situación de mayoritario abandono de los locales de las galerías comerciales de la ciudad -cerca del 70% de la treintena que se reparte por los diversos barrios-, no todas presentan el mismo panorama desolador.

"Las que están entre las calles centrales de la ciudad están más ocupadas, pero la única que funciona al casi 100% son las galerías que se encuentran entre Samuel Eiján y Curros Enríquez", señala Luis Rivera, presidente de Centro Comercial Aberto (CCA). Por su parte, Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), resalta la actividad de las Galerías Centrales, entre el Paseo y la calle Concordia: "Son las que presentan mejor aspecto y funcionan mejor". Del resto, destaca las Viacambre y las Sol, que conectan Santo Domingo con el Paseo. Tanto Rivera como Iglesias coinciden en que la localización próxima a la zona de más actividad de la ciudad mantiene con vida este formato comercial, al menos, en los locales más cercanos a la calle. "Si son largas y laberínticas está claro que no facilitan que la gente se anime a entrar en ellas, por lo que funcionan los primeros, los que dan a la calle", explica Iglesias. "Si tienen una estética poco atractiva es complicado que funcione, si a las que están mejor situadas les cuesta, a las otras mucho más", remarca Rivera.


El caso paradigmático: ocupación casi completa


Entre la calle Samuel Eiján y Curros Enríquez, una galería comercial sobrevive con mejor aspecto que sus semejantes. Los locales están ocupados al casi 100% y el aspecto es el de un lugar vivo. "Eu levo aquí dende fai 35 anos e aínda que houbo cambio de negocios, sempre tivemos movemento", señala Josefa Pereira, del café bar Faby. Peluquería, dos modistas, joyería, zapatero, panadería... El espacio ofrece diversos servicios al cliente, que se mantiene fiel a los comercios. "Quizais é porque levamos moito tempo e porque a xente ten confianza, porque os negocios funcionan", resalta. Otros propietarios comentan que siempre pasa gente, sobre todo en días fríos y lluviosos, algo que le da "vida" a las galerías, aunque no se incrementen las ventas. Desde el lado de la clientela, señalan la buena iluminación, la poca distancia y la calidad de los negocios del interior como algunas de las razones que mantienen activas estas galerías y no otras. "Eu non sei que será, pero non me podo queixar da nosa situación. Ademais todos nos coñecemos e ao final somos como unha familia", dice Pereira.


Los propietarios de locales vacíos apuntan a la crisis del comercio local


El panorama general de las galerías comerciales de la ciudad se caracteriza por los carteles de "se alquila" o "se vende". Los largos pasillos de galerías como las Proyflem se convierten en una sucesión continua de carteles naranjas de teléfonos móviles. 

Desde el punto de vista de los propietarios, la situación de crisis del comercio local va de la mano con la de las galerías. El modelo de compra a través de internet, cada vez más común, sobre todo entre los más jóvenes, complica el arranque de los nuevos negocios. El precio de los alquileres de los locales, que pueden llegar a los 500 euros, no facilita que los emprendedores reactiven las galerías. Así, algunos establecimientos llevan vacíos años o meses, en las mejores circunstancias. "Yo tengo dos locales, cuando estaba allí trabajando la situación era mucho mejor, pero ahora mismo las cosas están como están", señala una propietaria de espacios de las galerías Proyflem. Otros dueños señalan los costes elevados de impuestos como el de la basura, que suma a final de año casi 300 euros para el alquilado, y que podrían "reducirse desde el Concello" para animar a los que se inician como empresarios. La posible colaboración de la administración local insuflaría oxígeno a un modelo de negocio que cuelga el cartel de "se alquila", cada vez "más", según los arrendadores, que no son capaces de contestar a la pregunta de cuáles son las medidas de rehabilitación.

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