Tal día como hoy pero de 1998 abría sus puertas el restaurante Galileo en Pereiro de Aguiar. Dieciocho años después, los socios Joaquina Prado, Edy Silvani y Flavio Morganti quieren compartir este día con sus clientes.
El restaurante Galileo cumple hoy su mayoría de edad. Una fecha bonita para "recordar a nuestros clientes y amigos estos 18 años vividos juntos pero, sobre todo, de agradecimiento", explica el chef Flavio Morganti, que inauguró en febrero un nuevo local de tapeo, Galigola, situado en la Praza de Santa Eufemia.
Fue en 1993 cuando el italiano pisó por primera vez suelo ourensano, aunque no se establecería de forma definitiva en la ciudad hasta 1997. Su vida siempre estuvo vinculada al mundo de los fogones tanto en Italia como en Suiza, país en el que conoció a su mujer, Joaquina Prado. Juntos, y con su cuñado Edy Silvani, abrieron tal día como hoy, pero de 1998, las puertas del restaurante Galileo en Pereiro de Aguiar, ofreciendo a sus clientes un espacio cuidado y un perfecto equilibrio en la relación calidad-precio. "Si nuestro restaurante estuviera en el País Vasco sería el doble de caro. Los madrileños, cuando nos visitan, se sorprenden de nuestra oferta calidad-precio", destacó Morganti. Trabajan con vacuno gallego auténtico y entre sus platos destacan los tallarines con bogavante, lasaña con foie, tiramisú y un largo etcétera "ya que 18 años dan para hacer muchos platos", indicó el chef.
Morganti destaca la fidelidad de su cliente, que sigue acudiendo al restaurante como el primer día creando con ellos importantes vínculos emocionales. "Algunos más que clientes son amigos. Incluso, muchos chicos que ahora tienen 20 años los hemos visto jugar a la pelota fuera".
Los tres socios han sido testigos de la evolución de la sociedad con algunos cambios que han hecho un flaco favor al sector de la restauración, como los controles de alcoholemia. "Antes la gente salía mucho más a menudo a cenar fuera de la ciudad y hoy, por costumbre, no quieren coger el coche", indica el cocinero italiano, al que le tocó vivir el bum de 2008 con la posterior crisis económica. Dieciocho años en los que han afianzado un discurso serio y de compromiso con el territorio y los productos de la zona haciendo una oferta que garantizase siempre al consumidor la mejor calidad. Precisamente, una de las inquietudes de la familia es hacer patria fuera de Ourense "aportando nuestro granito de arena y demostrar que desde una pequeña provincia como la nuestra también se pueden hacer cosas importantes", explica el chef, que se alzó con diversos premios por su buen hacer gastronómico. Entre las distinciones conseguidas, cabe mencionar que fue elegido segundo mejor Cocinero del Año 2006 y Premio Gastronomía de Galicia en 2009. Además, logró nueve premios Gourmand gracias a los libros "Vaca" y "El árbol del pan", "que habla sobre la vaca y la castaña; dos productos claramente gallegos pero, sobre todo, ourensanos", explicó .
El chef italiano sigue involucrado en la segunda parte de su proyecto Pink Cow, inventando el concepto de cardiotónica, una tónica cardio-saludable baja en calorías con vitamina B1, que ayuda al correcto funcionamiento del corazón. "Es un refresco funcional de última generación y que es el futuro dentro del mundo de la bebida".
Tras ganar dos pleitos por el nombre a la todopoderosa Red Bull, Morganti está inmerso en la segunda fase del proyecto para consolidar su producto centrándose "en la apertura de mercados internacionales manteniendo siempre un contexto muy gallego", destaca.
