ENTREVISTA

“En los últimos años viene gente muy dependiente"

Ourense. 23-01-17. Local. Entrevista a Benigno Moure e Jose Luis Gavela na fundación San Rosendo.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Benigno Moure Cortés, presidente de honor da Fundación San Rosendo, junto al actual presidente, José Luis Gavela, en la sede d e la Fundación, ante un cuadro con la figura del patrón.

José Luis Gavela preside la Fundación San Rosendo desde el 2011 y suma ya 18 años vinculado a ella

¿Cómo asumía el nuevo cargo, el de presidente de la Fundación, en 2011?

Ahora mismo llevo 18 años en la Fundación. Ya para 19. En el 2011, llevaba 11 ya conociendo el funcionamiento y lo básico a partir de ese año era mantener la esencia de lo que siempre transmitió don Benigno; es decir, esa cercanía y darle esa importancia al trabajador, que son las manos de la Fundación, para llegar a nuestro objetivo que es la atención al necesitado en general.

Veinticinco años después, ¿cuál es la situación actual de la Fundación?

A finales del 2016, presentamos una memoria en la que se recogía que ha sido un muy buen año. De los 70 centros, 59 son de mayores y 11 de discapacidad, y con una ocupación cercana al 100%. Acogemos a 3.600 personas, entre mayores y discapacitados. En cuanto a los trabajadores, son 1.650, que se incrementan hasta los 1.800 con Caldaria y, en épocas de verano, pasamos de los 2.000. Estas cifras es algo que nos llevan a nuestro segundo objetivo que es apostar por el rural. El 80% de nuestras residencias están en el rural. Además, uno de los secretos de la Fundación es el poder demostrar a través de un tercero que hacemos las cosas como decimos que hacemos, en esto consiste la ISO; es decir, le da garantía a los familiares para confiar en nosotros.

¿Cuál es el punto fuerte de la Fundación?

El no depender de las administraciones. El sólo tener un 25% de las plazas concertadas da una tranquilidad muy grande y una independencia que es necesaria para ver el proyecto a largo plazo.

¿Y uno débil?

En algún momento, la dinámica de muchos centros hacía hacer las cosas demasiado rápido. Ahora mismo, esto ya va de otra forma. A lo mejor, terminábamos despistándonos de lo que siempre tiene que ser un punto fuerte en la Fundación que es la formación trabajadores y la elección de las personas más indicadas para la atención de los internos.

¿Cuál es el perfil de los nuevos residentes?

En los últimos años, estamos viendo que viene gente muy dependiente. El 90% está muy deteriorado. Tenemos que ser nosotros muy conscientes, las autoridades y todos de que el usuario que entra en la residencia puede que no sea una decisión prematura sino después de un ingreso hospitalario o ante una necesidad de emergencia social. Esto nos tiene que hacer estar más preparados profesionalmente.

¿Se requiere un poder adquisitivo determinado para entrar?

En la Fundación, nunca se dejó de ingresar a alguien por motivos económicos. El que exista la Fundación en Galicia, nos comentaban de la propia Xunta, hace que donde estemos, primordialmente en el rural de Ourense y Lugo, los precios son mucho más bajos. No llegamos al 25% de las plazas concertadas con la Xunta.

Una de las máximas de la Fundación es la promoción del envejecimiento activo. ¿Cuál es el mensaje?

El lema es "Dar vida a los años". Realmente, se está en una residencia pero no es el final del camino sino que tiene que ser una esperanza y una forma de reencontrarse. Al redactar el libro que presentaremos el próximo 23 de marzo con motivo del 25 aniversario nos han llegado vivencias de usuarios. Comentan que después de una vida en la que todo era limitaciones, vuelven a hacer cosas que no había hecho nunca porque no habían tenido tiempo. Es importante que las actividades que hacen no sean una obligación sino potenciarlas de una forma atractiva y que ellos lo vean como algo enriquecedor. Hace muchos años algunos decían: "Yo a clases no quiero volver" pero ¡si no son clases!

¿Qué iniciativas han desarrollado en este sentido?

Dentro del Proyecto Experiencia Activa, el Banco de Lembranzas es un proyecto muy bonito con aspiraciones de estudio de una generación pero también de darle esa atención personalizada y esa importancia a la propia persona porque no es un número más. Prevenir en el futuro el alzhéimer, probablemente eso sea demasiado ambicioso, pero sí darle un testimonio a su familia y que ellos al recordar valga como un paso más para sentirse importantes. Además también es terapéutico. Con Experiencia Activa, se han hecho estudios sobre la parte balnearia, que también es positiva con el mayor.

¿Qué papel juegan las familias?

Las familias son quienes deciden su ingreso por lo que las tenemos que cuidar desde el primer momento. Después, tenemos que potenciar que sigan yendo. Lo mejor que le podemos hacer al usuario es que no se vea desarraigado de su entorno. Por eso, la Fundación apuesta por residencias más pequeñas en el rural para que su entorno esté al lado. Hacemos fiestas de la familia para que vengan e intentamos incentivar que participen en algunas dinámicas del centro. Tenemos los dos extremos: familias que una vez que ingresan tardan mucho en volver a verlo y otras en las que las visitas son diarias. Esto da más trabajo a las residencias pero es un trabajo que queremos porque así se sienten mucho más en su casa pero con mejores condiciones porque las casas no están adaptadas.

¿Qué nuevos proyectos tienen en marcha?

En estudio avanzado, tenemos una residencia en A Coruña, de acuerdo con el Arzobispado de Santiago. En la fase de estudio, un poco más atrasado, está el centro de Lobios, una vez que el de Lobeira ha conseguido el 100%. Estamos muy cerca de ello. También, otra residencia en Arbo. Seguimos intentándolo en Baiona aunque llevamos ya 12 años. Muchas veces se piensa que hacer una residencia es de un año para otro, pero las cosas tienen su periodo.

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