EN CLAVE

La gente tiene el poder, esa canción

Patti Smith, con las greñas al viento, pronosticaba que el pueblo tiene el poder. El PSOE se lo traspasó a las bases, esa gente que construye líderes de quita y pon. Todos construyen murallas.

Lunes, 22 de mayo | Abre o cierra la muralla, según

Las ciudades a la defensiva se amurallaban, como la mismísima Lugo, como Ávila, Ceuta o la vecina Valença do Minho.  Celosas de sus propiedades y la integridad de sus habitantes se escudaban ante las invasiones, tanto en la época medieval como la anterior romana, castrexa incluso. Los cordones sanitarios actuaban de barrera contra la enfermedad, ya fuera la peste bubónica, el cólera o la lepra. Vida intramuros y extramuros.

Luego, pasados los siglos, algunas ciudades inventaron nuevas murallas, no para treparlas y asaltar lo que está al otro lado, sí para proteger no se sabe muy bien qué. Ourense esperó al año 2004 para levantar su cordón sanitario ante el casco viejo. Bautizó la operación como peatonalización a base de bolardos. Años después el invento es una coladera y los dispositivos ejercen una sospechosa capacidad de atracción contra la que se acaban espetando un coche cada tres días.

Hermosas ciudades nos rodean, con cascos históricos preservados, habitados y monumentales y no tienen los horribles e inútiles pirulos. Una operación no exenta de sarcasmo: la ciudad languidece en su parte histórica y cuando deberían derribarse barreras mentales, arquitectónicas y de otro tipo tapiamos la zona, como si fuese un cementerio.

Cuando el casco histórico debería tener los brazos abiertos (no para los coches, se entiende, bastaría con poner una señal de dirección prohibida), en Ourense cerramos todo a cal y canto. Por si acaso entra alguien y le da vida. "Pum, pum, ¿quién es? La paloma y el laurel. Abre la muralla. Pum, pum ¿quién es? Al corazón del amigo, abre la muralla".

Martes, 23 de mayo | La batalla, siempre la batalla y el poder

Batalla. Esa fue la palabra más utilizada en los titulares referidos a la refriega socialista, aunque aceptamos el término elecciones primarias. Entraba Dolores Ibárruri, La Pasionaria, al Congreso de los Diputados en 1977 del brazo de Rafael Alberti, ambos con la escarapela de comunistas, más sin cuernos ni rabo, como presagiaba el imaginario franquista, recientemente laminado.

Pronosticó ella que el mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve de nuevo a la batalla. Volvió Pedro Sánchez de sus cuarteles de invierno, herido de orgullo, no con heridas incompatibles con la vida. Llegó con la victoria de las bases y entró de nuevo en Ferraz con el mismo ímpetu que el general Pavía dio el golpe de Estado en 1874 a lomos de su caballo como traslada la leyenda. Entró a la sede para depurar a los barones como se pasaba a los piratas por la quilla del barco.

Entró cantando People have the power de Patti Smith, repitiendo hasta la afonía el estribillo (la gente tiene el poder) revestido de la autoridad de los votos. Llegó para construir un nuevo PSOE, lamerse las heridas que ha dejado la batalla. Batalla, siempre esa palabra. Ha pasado la semana en medio de fuego cruzado en todas las sedes, también en la de Ourense, maltrecha de tanta inquina histórica, tan larga como inútil. Ya lo peor que se puede llamar un socialista a otro es compañero o compañera. Todos pelean por los despojos.

La gente tiene el poder, canta Patti Smith. Y sigue: "Creo que todos soñamos/ con lo que puede llegar a pasar a través de nuestra unión/ Podemos girar el mundo/ Podemos darle la vuelta a la revolución de la Tierra/ Tenemos el poder/ La gente tiene el poder" . Noble tarea, imposible entre tanto estacazo. Pobres.


Miércoles, 24 de mayo | ¿Esfuerzos? Si acaso los imprescindibles

Vienen las reválidas, como si se hubiesen ido alguna vez. Aquí llevamos décadas intentando definir qué parámetros medimos para autorizar el paso de curso, el acceso a la Universidad y cosas por el estilo. Las reválidas miden (o lo intentan) los conocimientos de 3º y 6º de Primaria y de 4º de la ESO. Y claro, en esencia, eso está muy mal. Mejor preservar del esfuerzo de los chavales, no someterles a demasiadas exigencias. Así debe ser. En general, así pasa luego en todos los órdenes de la vida, un bálsamo exento de dificultades, de obstáculos que vencer. Qué bien.

Jueves, 25 de mayo | Los nombres y apellidos de marca

Hugo y Sara, los nombres preferidos en esta década, titulaba el periódico. ¿Dónde se ha quedado Kevin? ¿Y Jéssica? A veces los nombres y apellidos son auténticos estigmas, como Juan Carlos Rey o Dolores Fuertes. A veces el solo apellido. En España 354 ciudadanos comparten con don Mariano el apellido Rajoy. ¿Serán a su pesar, como el Filomeno de la novela de Torrente Ballester?

Viernes, 26 de mayo | El precio es cuestión de especulación

Dijo Bill Gates que si tu negocio no está en Internet, tu negocio no existe. Si tu negocio en Ourense no está en el Paseo, tu negocio no existe, parece desprenderse de la realidad comercial urbana. La céntrica arteria se ha vuelto imposible para alquilar. Su precio está más en consonancia con la especulación que con el retorno que da la propia actividad comercial. El dinero habla y las tonterías desaparecen, se oye decir a los especuladores en Lobos de Wall Street, de Martin Scorsese. La especulación marca el sino de las tiendas de la calle del Paseo, no solo las ventas.

Sábado, 27 de mayo | Las quejas por las quejas ajenas

Sobre los juzgados caen decenas de asuntos de las cláusulas suelo. Obviamente, más trabajo, más colapso para los operadores judiciales. Ya les duele la cabeza. Lógico. También les duele a los ciudadanos que tuvieron que pagar intereses injustos, los reclamaron en su momento y recibieron portazos de las entidades financieras, las mismas que les cobraron de más, las mismas que luego pidieron dinero público para ser rescatadas. 

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