CONCELLO DE OURENSE

Gobiernos “amigos" apuntalan la gestión del PP en la ciudad, sin Plan Xeral ni presupuestos

Ourense. 13-06-2013. Constitución de la corporación y toma de posesión del nuevo alcalde de Ourense. José Paz
photo_camera Jesús Vázquez sostiene el bastón de mando el día de su investidura como alcalde de Ourense, en junio de 2015.

Jesús Vázquez alcanza el ecuador del mandato haciendo bandera de los fondos captados para el Concello: "Hemos logrado unas inversiones históricas por buscar puntos de encuentro"

Dos años después de las elecciones municipales que devolvieron al PP al gobierno del Concello de Ourense, convirtiendo al alcalde, Jesús Vázquez, en el único regidor "urbano" de su formación en Galicia, este ha aprovechado esa condición para encontrar en los gobiernos "amigos" -el PP manda en Diputación, Xunta y Estado- a sus principales aliados para sacar adelante muchas de las medidas del programa electoral con el que concurría a los comicios de 2015.

Sin embargo, su gestión sigue condicionada por la incapacidad demostrada hasta el momento para impulsar la tramitación de dos documentos clave sobre los que pivota cualquier administración local, un Plan Xeral de Ordenación Municipal y unos presupuestos.

"La sensación es positiva, son dos años muy intensos, en los que hay que tener en cuenta que siempre que hay un cambio, se necesita adaptación y ajustar cosas", destaca Vázquez.

Si de algo presume el regidor en este ecuador del mandato, es de la cooperación con otras administraciones, de la que hace bandera, recordando que era un compromiso adquirido en su programa electoral. "Hemos logrado inversiones históricas, 45 millones en total, que no se hubieran conseguido con otro gobierno. Nunca negamos la importancia de esto, hay que buscar puntos de encuentro", explica.

Entre las cosas que le hacen "sentir bien", cita la rehabilitación de dos emblemas como los puentes del Milenio y Romano, la reactivación de las obras del Archivo Histórico y la Biblioteca en San Francisco, "encauzar" la rehabilitación del Museo Arqueolóxico, el Centro Intergeneracional que promueve la Fundación Amancio Ortega, la cesión de suelo a la Xunta para la construcción de viviendas de promoción pública o el compromiso para hacer un nuevo centro de discapacitados para mayores de 21 años o una residencia para la tercera edad.

"Esto me hace sentir bien. Los técnicos del Concello incluso me dicen que nunca vieron que se atendieran tantas reclamaciones desde otras administraciones", indica.

Ha sido en el día a día de la gestión de temas exclusivamente municipales donde las buenas noticias para la ciudad todavía se hacen esperar. Gran parte de la campaña electoral de 2015 se centró en la situación urbanística del Concello, con un PXOM anulado, una ordenación provisional cogida por alfileres o un Plan Especial de As Burgas judicializado.

24 meses después, la negociación política para buscar una aprobación definitiva del documento todavía no ha comenzado, con continuos retrasos comunicados por el gobierno municipal, el último por no poder abonar más de 87.000 euros al equipo redactor por cuestiones burocráticas. Pese a todo, Jesús Vázquez, asegura que "se avanzó muchísimo, en transparencia y diálogo", negando cualquier cambio de calado al plan aprobado inicialmente en 2013: "Es el de Áurea Soto, solo se añadieron cosas para darle seguridad y evitar indemnizaciones".

"Está claro que una de las grandes necesidades de una ciudad son un presupuesto en tiempo y forma y un PXOM. Y me dirá, dos años y nada. Pero hemos puesto todo de nuestra parte, nunca pensé en una negativa así por la oposición", proclama.

Es en este punto donde se detiene, para trasladar su decepción con el comportamiento del resto de grupos con representación, que suman 17 concejales por los 10 con los que cuenta el gobierno local, poniendo como ejemplo la reciente presentación del borrador de gastos para avanzar en el presupuesto de 2017, que debe coger el testigo de las cuentas prorrogadas desde 2014.
"Presentamos una propuesta y nos piden más cosas. El caso es dilatarlo todo. Llegará el momento de su debate en pleno y dirán que son inservibles porque el año está muy avanzado, es el juego que hacen", sostiene.

La excusa empleada por el gobierno popular para no avanzar en un nuevo presupuesto desde el inicio del mandato fue la necesidad de modificar la actual Relación de Puestos de Trabajo (RPT), otro de los compromisos que adquiría en su programa electoral. Sin embargo, hace unas semanas, el Consello Consultivo dictaminaba que ambas cuestiones no tienen relación entre ellas.

Tampoco ha podido llevar a cabo la reducción de la presión fiscal que prometía. El PP intentó a finales del pasado año activar una reducción del 5% en el Impuesto de Bienes Inmuebles. Con los plazos muy justos para que esta entrara en vigor este año y la negativa de Ourense en Común a prescindir del período legal de enmiendas frustaron la operación. Vázquez indica ahora que "lo normal será aprobar antes el presupuesto", prometiendo que se abordará la cuestión fiscal de una manera más global.

Sí se han obtenido logros, por ejemplo, en el apartado financiero, ya que el Concello conseguirá este año tener "deuda cero", o poniendo en marcha instalaciones como el centro de coñecemento La Molinera o el Espacio Lusquiños, además de reactivar el parque de Montealegre.

La lucha contra la cartelería ilegal también comienza a dar sus frutos, con una ofensiva que se ha intensificado en el último año, mientras que también se ha impulsado una reordenación de las dependencias municipales para ahorrar alquileres.

No se ha encontrado una solución, sin embargo, a temas enquistados como el cierre de los contenedores soterrados, la rehabilitación de la plaza de abastos número 1 o para dotar de plazas hoteleras termales a la ciudad, condicionado por la situación de As Burgas o el traslado del matadero para ganar espacio en A Chavasqueira. Todo, según Vázquez, está analizándose para buscar una solución y cumplir así los compromisos adquiridos en el año 2015. 

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