POR 61.691 EUROS

Gómez Villar, imputado por comprar altavoces a Jácome

El juez Piña rechazó la petición de archivo del fiscal y admite a trámite la querella de Áurea Soto, que también denunció al líder de DO tras vender 295 aparatos al Concello 

El titular del Juzgado de Instrucción 2 de Ourense, Antonio Piña, ha rechazado la petición de archivo del fiscal y opta por tramitar la querella por prevaricación administrativa presentada por la concejala de Urbanismo, la socialista Áurea Soto, contra los 10 ediles de la junta de gobierno del PP de 2006 que autorizó en octubre de ese año el pago de 61.691 euros para la compra de 295 altavoces (209 euros por aparato) a la empresa Jolper Música, de la que es responsable el concejal y portavoz de D.O., Gonzalo Pérez Jácome, contra quien también va dirigida la denuncia.

El magistrado, en un auto de este lunes, admite a trámite la querella porque, según dice, los hechos denunciados "presentan características que hacen presumir la posible existencia de un delito de prevaricación administrativa".

Asimismo, como primera medida tendente a esclarecer "la naturaleza y circunstancias de tales hechos", cita a declarar para el 13 de octubre como imputado a Aurelio Gómez Villar, concejal de Comercio en aquel mandato municipal.

Entre las supuestas irregularidades a las que alude Soto, figura que el acuerdo de abono de los altavoces no contó con el aval de un procedimiento administrativo que amparase la adjudicación del contrato y tan siquiera la factura aprobada existía en aquella fecha (pues está fechada en diciembre de 2006). Entonces se justificó la compra en la sonorización de las calles del Centro Comercial Aberto Ourense Centro aunque no se pudieron instalar porque el reglamento del casco histórico los prohibía y había rechazo entre las comunidades de vecinos, al ir instalados en las fachadas.

Igualmente destaca que el trabajo abonado -el suministro de las pantallas de sonido- "no se había ejecutado" cuando se pagó la factura. La compra de los altavoces se hizo por adjudicación directa, saltándose "todos os peldaños da lei", según argumentó la edil.

Los 295 altavoces nunca llegaron, pues, a instalarse. De hecho, se mantienen guardados en cajas en los sótanos del Auditorio y apenas se han utilizado desde entonces, puesto que no se entregaron con el soporte eléctrico necesario.

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