CRÓNICA

El gran laboratorio del agua

El programa Aqualogía de Viaqua, en colaboración con el Concello de Ourense, acercó ayer a los estudiantes del CEIP O Couto el ciclo del agua. Experimentos, juegos y vídeos tuvieron cabida en un improvisado laboratorio.

Dar a conocer todos los misterios del agua es el propósito que llevó ayer a Santiago Rodríguez e Iván Vázquez, monitores especializados del grupo de Aqualogía de Viaqua, a desplegar un "laboratorio" improvisado en el salón de actos del CEIP O Couto. La actividad, enmarcada en el cuarto programa desarrollado por el Concello de Ourense y Viaqua,  acercó a 44 alumnos de 3º de Primaria el funcionamiento de los ciclos del agua. La iniciativa llegará a más de 600 críos.

Ayer, los niños, repartidos entre las cuatro primeras filas de bancos, se apuntaron al cometido con un sí rotundo. Resolver enigmas fue su primera ocupación. Santiago Rodríguez, ataviado con su bata blanca, les acababa de prometer experimentos y los ensayos prácticos no se hicieron de rogar. "Necesitamos un voluntario que cumpla una condición. No puede ser alérgico al agua", advirtió Iván Vázquez. Nadie pareció incumplir el requerimiento y, finalmente, Tami fue el niño escogido. Ambos monitores procedieron a llenar un globo de aire y situarlo sobre su cabeza. A continuación, le aproximaron un mechero y este explotó. Luego, llenaron otro globo con agua y lo sostuvieron sobre su cabeza para repetir el proceso. Los gritos se sucedieron entre los presentes convencidos de que su compañero acabaría empapado. Sin embargo, "el globo está chamuscado, pero no explotó", comentó uno de los niños. En realidad, lo que parecía fruto de la magia fue mucho más sencillo de comprender gracias al poder calorífico, una de las propiedades del agua. 

"No podemos utilizar directamente el agua de la naturaleza, antes hay que potabilizarla mediante un primer proceso de filtración y un segundo de desinfección", explicó Santiago Rodríguez. Nuevamente, la afirmación se sustentó en un experimento para comprender el proceso de filtrado. 

Los pequeños ayudantes de laboratorio tuvieron que responder a varias preguntas de examen. "¿Está apta para beber el agua en este momento?", preguntó un monitor. "¿Sabéis cuánta agua consumimos al día los 100.000 ourensanos?, cuestionó el otro. "30 millones de litros", respondió un niño.

Antes de terminar, deben distribuir el agua a través de tubos a dos casas. En una, su compañera Eva necesita preparar una tarta y en otra, Yanini va a llenar su piscina. 

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