CRÓNICA

Las hermanas Pereira dicen “sí" al reencuentro escolar

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photo_camera Conversación del grupo en Whatsapp

Compañeras de un internado madrileño en los 60 se reunirán con las ourensanas que buscaban

"Señorita, somos las dos hermanas fugitivas", dice una voz al otro lado del teléfono. Rosa y Pachi Pereira Novoa ya están en el grupo de guasap de las amigas del internado Patrocinio San José de Madrid, que buscaban a estas dos compañeras ourensanas para completar un reencuentro 50 años después. "He pasado la mañana haciendo de relaciones públicas", cuenta una de ellas, tras recibir mensajes de personas que las reconocieron en este periódico.

Esta historia de amistad empezó de casualidad hace seis meses. Entonces, Consuelo y Ángela, compañeras del internado, se encontraron en Facebook y arrancaron la búsqueda para reunir a las 14 niñas que compartían secretos de adolescencia en los sesenta. Pero faltaban las hermanas Pereira, de Ourense, que el próximo 2 de febrero abrazarán a las demás.

Después de que familiares y conocidos viesen la noticia de la búsqueda, las protagonistas de la historia se pusieron en contacto con La Región, sorprendidas y con ganas de hablar con las demás. "¡Cómo no va a hacernos ilusión!", explican. En el internado madrileño Patrocinio de San José convivían las huérfanas de médicos o las hijas de familias con alto poder adquisitivo. En el caso de las hermanas Pereira, como ya había apuntado la impulsora de la búsqueda, su apellido es muy reconocido en Ourense. "Mi padre tenía la empresa de fundiciones y era íntimo de Barreiros. Me extraña que no nos hayan encontrado antes porque somos muy conocidas", cuenta Rosa.

"Completé mi apellido añadiendo Dos Santos, porque no quería que se perdiera el nombre de mi padre. Quizás por eso tardaron en encontrarnos", comenta Pachi.

Las hermanas Pereira ya han podido hablar con todas las amigas del internado y han prometido su asistencia a la próxima quedada, el 2 de febrero. El abrazo no tendrá que demorarse más.

Consuelo, la impulsora, no podía contener la alegría al ver que el puzle que empezó por casualidad se ha completado con las "piezas" ourensanas.

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