SUCESOS

Un guardia civil se mata de un disparo delante de su mujer, en Rairo

Acudió al trabajo de su esposa, en la residencia San José de Rairo, donde viven 200 personas

La tranquilidad de la residencia San José de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Rairo se vió este martes truncada. Alrededor de las ocho y media de la mañana, Carlos L. R., de 48 años de edad y guardia civil en activo, acudía al centro para visitar a su mujer, trabajadora desde hace ocho años en el lugar. "Preguntó por ella, como otras veces que venía, y subió a buscarla porque estaba ocupada", señalan las monjas del geriátrico. 

El hombre subió a la segunda planta del edificio, donde su esposa le indicó que lo esperase en el salón de visitas, ya que estaba atendiendo a un residente. Cuando la mujer fue a su encuentro, él la llamó por su nombre y a continuación se disparó un tiro en la cabeza. Cuando los servicios de emergencia (061, Policía Nacional y Policía Local) llegaron a la residencia, el guardia civil todavía estaba con vida, por lo que fue trasladado en estado muy grave al CHUO, donde poco después perdía la vida a causa del disparo. 


"Iba decidido a dispararse"


En la residencia de ancianos viven 200 personas, por lo que las monjas aseguraban este martes que lo ocurrido "podría haber sido mucho peor". Gran parte de los usuarios no se percataron de la situación, según explican las religiosas. 

"Él iba decidido a dispararse en frente de ella, lo tenía en mente y vino directamente a hacerlo", relatan. "Aquí nunca pasa nada, este es un lugar muy tranquilo", aseguran. 


"Era un hombre alegre y simpático cada vez que venía"


"No sabemos si tenían algún tipo de problema, pero era un hombre alegre y simpático cada vez que venía y nunca habíamos visto nada raro", explican las monjas de la residencia. De hecho, según la Policía Nacional, no consta ningún tipo de denuncia de su esposa por violencia de género. "Solía venir aquí en las fiestas de la residencia y siempre fue muy agradable", añaden. Este martes, sin embargo, aseguran que su rostro era más "serio" de lo habitual. El hombre, nacido en Girona y con dos hijos, era el jefe del servicio de adiestramiento canino de la Guardia Civil en Ourense desde hace años. 

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