DISCURSO DEL EDITOR DE LA REGIÓN

Es hora de revisar el papel de Ourense

Buenos días, muchísimas gracias por acompañarnos en este nuevo viaje. Muchas gracias, ministra, delegado del gobierno, alcalde, presidente de la Diputación, por facilitarnos este espléndido espacio de encuentro, conselleiros. Muchísimas gracias a Adif y a Renfe, que han trabajado codo con codo con nosotros en las últimas semanas para ayudarnos a hacer realidad las propuestas que hoy traemos a este foro. Gracias también a estas personas que han tenido la generosidad de salvar largas distancias para venir desde lugares como Sevilla, Málaga, Valladolid o Zamora para compartir las experiencias de sus ciudades con la llegada de la alta velocidad. Y gracias a Copasa, empresa patrocinadora de este encuentro. Gracias, por supuesto, a todos los presentes por acompañarnos en esta edición del Foro La Región, especialmente relevante por la trascendencia para esta provincia de las inversiones y proyectos de los que hoy conversaremos en este almuerzo-coloquio.

Tenerla hoy aquí, ministra, es un honor para nosotros y la demostración de su sensibilidad hacia Ourense. Así lo reconocemos. Permítame, sin embargo, que no deje escapar la ocasión que me proporciona esta tribuna para lanzar un mensaje de reivindicación y exigencia en favor de esta tierra de paso, llamada Ourense, en la que desafortunadamente ya hemos dejado pasar de largo demasiadas oportunidades. De ningún modo debemos consentir que se nos escape ninguna más. Por ello, en La Región nos hemos empeñado en hacer lo imposible para rentabilizar esta gran oportunidad histórica que el AVE nos aporta; este foro y las propuestas que hoy desvelamos son herramientas para lograrlo. Por ello es de justicia que llame la atención sobre la falta de diligencia con que históricamente han sido atendidas nuestras necesidades. De ello hago responsables a las sucesivas administraciones, da igual el signo político, puesto que el comportamiento ha sido semejante en todas, pero también y por supuesto nos hago responsables a nosotros mismos, a los ourensanos en general y a sus representantes particularmente. Seguramente en no pocas ocasiones hayamos confundido la paciencia con la desidia y ello nos haya hecho transigir con situaciones a todas luces intolerables. Coincido plenamente con aquella frase del filósofo liberal Edmund Burke que señalaba que “hay un momento límite en que la paciencia deja de ser una virtud”.

Digo esto hoy ante una ministra gallega y que se ha demostrado sensible ante las necesidades de una Galicia que pelea en desventaja pero con talento y tesón por estar en cabeza del progreso. El AVE es una herramienta fundamental para conseguirlo y ello ha hecho que Ourense haya sido el destinatario de millonarias inversiones que nos colocan en la estación del tren del futuro sin duda, pero que exigen que estemos preparados para ofrecer una provincia atractiva para vivir, para visitar y para invertir. Porque el AVE acorta distancias y reduce tiempos, para venir a Ourense pero también para marcharse. Es imprescindible que Ourense abandone ese lugar residual en los despachos institucionales. No es de recibo que llevemos más de una década esperando por la rehabilitación del Museo Arqueolóxico, o por la construcción de la Biblioteca y el Archivo Histórico. Hoy, ministra, viene usted de inaugurar una plaza de abastos, la de A Ponte. Celebramos que al fin percibamos avances, pero llevamos cerca de tres décadas aguardando por la rehabilitación de la Praza de Abastos de As Burgas, situada en el corazón termal de la ciudad y postergada por todas las administraciones. No reclamo nada que no tengan ya desde hace tiempo otras ciudades gallegas. Nadie nos puede acusar de victimismo ni de localismo. Sí de haber convertido la paciencia en defecto.

Somos pacientes y confiamos, ministra en que hará todo lo posible por situarnos donde nos corresponde, de facilitarnos los instrumentos para crecer como mínimo al mismo ritmo que otras provincias privilegiadas en el reparto del dinero público. Confiamos ministra en que hará todo lo que esté en su mano para desbloquear esa autovía A-76 que debe dotar a la comarca de Valdeorras de una comunicación eficiente, o esa otra autovía, la A-56, que nos situará a un paso de Lugo. Tiene usted nuestra confianza, y nosotros la obligación de ser exigentes pero también de ayudar en lo posible a facilitar la ejecución de estos proyectos. Nosotros así lo haremos y no me equivoco si afirmo que los aquí presentes también.

Debemos poner fin a este estado de ánimo depresivo que, con frecuencia, me trasladan nuestros vecinos y nuestros empresarios. Hay que revertir estas cifras catastróficas que hablan de un repunte de la emigración y de una progresiva despoblación. Tenemos talento y capacidad de trabajo. Hemos realizado imprescindibles aportaciones al desarrollo sociocultural y empresarial de esta comunidad y de este país. Y pocas veces ha habido correspondencia.

Ahora que todo está supuestamente en revisión, es hora de que se revise también el papel de Ourense en Galicia y en España. Que no sólo se nos tenga en cuenta en los planes de ajuste. Ajustemos, pero ajustémoslo todo. Cuesta entender que aquí se posterguen inversiones por falta de disponibilidad presupuestaria, que se incremente la presión fiscal sobre los ciudadanos y sobre las empresas que generan empleo hasta asfixiarlas, y al mismo tiempo se mantengan intactos o casi gastos milmillonarios como los que se desvían hacia las televisiones públicas, que con frecuencia no actúan más que como instrumentos políticos. Ciertamente es el momento de revisar el sistema, pero hagámoslo con el menor sufrimiento posible para familias y empresas, y vayamos de verdad a lo superfluo. Pongamos por encima de los intereses políticos, los de los ciudadanos. Hagámoslo de verdad. 

Sabemos que contamos con usted ministra, y sepa usted que cuenta con nuestra cooperación.

Finalizo ya con otra demanda, discúlpeme ministra pero es de justicia. Es de justicia que aprendamos a situar a los empresarios en el lugar que socialmente les corresponde. Y la forma de hacerlo es reconociendo públicamente la labor de hombres que como Eulogio Gómez-Franqueira han contribuido de modo excepcional no sólo al desarrollo de esta provincia sino a situarla en vanguardia, a ser un paradigma para otras sociedades y empresas. Traigo su nombre hoy aquí, retomando una iniciativa que promueve la Asociación de Empresarios del Polígono de San Cibrao para que la futura estación del AVE lleve su nombre. El consenso es amplio, incluso antes de que se haya activado la recogida pública de adhesiones. Ya lo han hecho más de medio centenar de ayuntamientos de la provincia, una decena de colectivos empresariales, la Diputación provincial y numerosos ciudadanos. El Concello de Ourense ha recibido ya la solicitud y consta un amplio consenso para trasladarla a ADIF. Pido desde aquí que sea atendida con especial cariño. Ejemplos como el de Eulogio Gómez Franqueira son los que lograrán que Ourense circule por fin a alta velocidad.

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