SOCIEDAD

Los hosteleros creen que gravar más el alcohol no es la vía para bajar consumo

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photo_camera Un camarero sirve una copa en uno de los establecimientos de hostelería de la ciudad.

Ven “recaudatoria” la subida impositiva del 5% mientras que se quejan del "nuevo ataque" y avanzan alzas en los precios 

La decisión anunciada por el Gobierno de Mariano Rajoy de incrementar un 5% los impuestos al alcohol y bebidas alcohólicas, así como aprobar un gravamen a las bebidas carbonatadas y azucaradas como un "instrumento de lucha contra la obesidad y todo lo que significan los problemas de exceso de azúcar", ha creado una honda preocupación en el sector hostelero ourensano. Rubén Gil, por ejemplo, responsable del Tamarindo, es tajante: "Sí que va a afectar a todos los empresarios hosteleros y lógicamente va a repercutir en el producto final". Gil recuerda con retranca la promesa electoral del PP de "no subir los impuestos". Por otra parte, explica que "es posible que en ciudades más grandes se trabaje en el sector con márgenes más amplios y les repercuta menos. Pero en una ciudad como Ourense, donde los márgenes son ya tan estrechos, sí que nos va a afectar. Nos obligará a que apliquemos una subida de cara al consumidor".

El gerente del local situado en la Praza Maior subraya el hecho de que "en nuestro país, una buena parte de los ingresos que tiene el Estado provienen de la hostelería". Entiende, por otra parte, que "aquí en España, la gente es más reacia a quedarse en casa y seguirá saliendo. Pero en vez de consumir dos copas, pues consumirá una; estas subidas impositivas se acaban traduciendo en un menor consumo". En cuanto a los motivos que esgrime el Gobierno de que estas medidas va orientadas a mejorar la salud del ciudadano, Gil señala que lo entendería si esa subida de impuestos "se uniese a la bajada en los impuestos a otros productos saludables, como frutas y verduras, por ejemplo".

Rubén Gil recuerda que "el sector hostelero da mucho dinero en España y si lo estás atacando constantemente... Creo que la idea óptima es todo lo contrario. Ayudar a que el sector sea más profesional y no subir y subir los impuestos, porque eso sólo se traducirá en reducción de calidad. Al final el hostelero tiene que recortar de algún sitio".

Isaias Pérez Chicho, responsable del pub Moucho, señala que "la salud no se arregla subiendo impuestos, la salud de los ciudadanos se arregla con educación". Añade que "como en este país funcionamos según la idea de que si multamos a lo grande, como en tráfico, baja el consumo o los accidentes, los políticos decidieron tirar por esa vía. Pero no creo que pagar cinco céntimos más por una coca cola no vaya a suponer un cambio en el consumo".

Añade que "llevamos años aguantando los precios por la crisis económica y sin embargo a nosotros sí nos subieron los costes. Así que este nuevo impuesto nos obligará a repercutir ese incremento en nuestro producto. Eso es posible que se traduzca en menos consumo, pero no resolverá el problema de salud como dice el Gobierno. Es una medida únicamente recaudatoria, lo otro hay que resolverlo por medio de la educación".

El presidente de la Federación de Hostelería, Ovidio Fernández, reconoce que "algún efecto tendrá en el consumo esa subida, pero creo que se ha entendido lo que ha hecho el Gobierno, que tiene que hacer un gran esfuerzo por aprobar los presupuestos y cuadrar el déficit". Añade que "no nos gusta lo que está pasando, pero si se mantiene el tipo de IVA –que es lo que realmente importa–, y teniendo en cuenta que productos como cerveza y vino quedan fuera de este gravamen especial, consideramos que el sector lo aceptará".

La aplicación de este nuevo impuesto está prevista que entre en vigor el próximo día 15 de diciembre, mientras que el de la nueva tasa para las bebidas azucaradas es sólo un proyecto de ley aprobado por el Gobierno, que deberá ser negociado en el Parlamento antes de entrar en vigor de forma efectiva.

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