El cardiólogo limiano Moisés Rodríguez Mañero se incorporará mañana al Methodist Hospital de Houston, en Texas, en una nueva estancia profesional donde ahondará en el estudio de las arritmias
Desde Galicia a Estados Unidos. El cardiólogo limiano Moisés Rodríguez Mañero se incorporará mañana al Methodist Hospital de Houston, en el estado de Texas, en una nueva estancia profesional donde ahondará en el estudio de las arritmias, después de haber tomado parte de la investigación del síndrome de Brugada, una dolencia cardiaca capaz de provocar la muerte súbita. Pese a este gran cambio de lugar de trabajo, este joven investigador no aparta a su tierra de su futuro profesional.
¿Cómo surgió esta oportunidad de trabajar en Houston?
Yo estoy especializado en la investigación de arritmias, y desde que estoy trabajando en Santiago, la unidad ha ido creciendo poco a poco. El año pasado, dio la casualidad de que conocí al jefe de la unidad de Arritmias del Hospital de Houston, el español Miguel Valderrábano, en un congreso que se celebró en Estados Unidos, y éste me dio la oportunidad de ir a desarrollar un proyecto que tenía en mente en Santiago con bastante dinero para ponerlo en práctica.
¿En qué consiste este proyecto?
Se trata de un tratamiento invasivo a través de catéteres de lo que se conoce como ablación de la fibrilación auricular, que es la arritmia más prevalente en el mundo. Lo que queremos es desarrollar nuevos mecanismos tanto de tratamiento como de seguridad a la hora de realizar los procedimientos de la ablación de la fibrilación auricular. La ventaja de Houston es que allí cuentan con un animalario en el que podremos poner en marcha estas técnicas y, además, nos da la opción de contar con un laboratorio de investigación básica, y a continuación poder realizar un desarrollo clínico en pacientes. En el fondo, la idea que tengo es avanzar en este proyecto, para a continuación traerlo de vuelta a Galicia.
¿Cuánto tiempo tiene previsto permanecer en este nuevo puesto de trabajo?
El contrato dura hasta diciembre de 2016, pero es posible que opte por volver a Santiago, ya que me ofrece la posibilidad de que me pueda trasladar en el segundo año; el primero contempla una estancia obligatoria en Houston. Todo dependerá de cómo se vayan desarrollando las investigaciones, pero cuento con la suerte de que mis compañeros de unidad de Santiago cubrirán mi trabajo durante el tiempo que yo me encuentre fuera.
¿Qué beneficios tendría la técnica que está investigando si a la larga se termina aplicando sobre seres humanos?
Sobre todo, ofrece una mayor seguridad a la hora de realizar estos procedimientos de ablación de arritmias complejas. Si lo desarrollamos, creemos que este procedimiento será más eficaz y evitará complicaciones en los pacientes que sufren este tipo de arritmia. Al margen de los aspectos puramente técnicos, este proyecto nos permite estrechar relaciones con hospitales internacionales y establecer contactos que nos permitan entrar en una dinámica de trabajo que evite que nuestro trabajo quede aislado. Colaborar con la Universidad de Houston, que tiene una dotación tecnológica enorme que nos posibilitaría el desarrollo de estos productos.
Con todo, no se niega la posibilidad de seguir trabajando en España.
Realmente sí, me gustaría terminar de desarrollar este proyecto aquí. Curiosamente, y gracias a esta casualidad que fue encontrarme con el doctor Valderrábano, no me considero dentro del cliché de joven investigador que se marcha fuera ante la falta de oportunidades, ya que no ha sido una emigración por falta de oportunidades. Es cierto que en Houston existen unas claras ventajas tecnológicas y unas becas para la investigación que serían difíciles de conseguir en España, pero el sistema sanitario gallego no solo me ha ofrecido la posibilidad de investigar aquí, sino que todavía me la sigue ofreciendo. Yo me siento muy afortunado por no haberme marchado por no sentirme valorado.
Realizó durante los pasados meses importantes investigaciones sobre la enfermedad del síndrome de Brugada. ¿Qué avances han logrado en esta materia?
Habíamos iniciado un grupo entre varios hospitales internacionales para trabajar con pacientes con este tipo de síndrome, y la verdad es que sí hemos hecho avances importantes al respecto; de hecho, publicaremos dos artículos durante este año. Donde todavía necesitamos más tiempo de investigación es en la incidencia de esta enfermedad en mujeres embarazadas, ya que es un estudio prospectivo que requiere de varios años de trabajo para tener resultados contundentes.
¿Considera este salto a Estados Unidos una reivindicación del talento investigador que tenemos en Galicia?
Sí, en toda Galicia tenemos un gran nivel de investigación en el ámbito de la Cardiología. Concretamente, nuestro centro de trabajo de Santiago nos permite centrarnos un poco más en la investigación básica y celular, lo que es un gran punto fuerte para nosotros. Yo creo que el nivel general que tenemos en estos momentos es bueno, pero hay que mantenerlo muchos años, algo para lo que no podemos trabajar solos, por lo que considero que es fundamental establecer muchos nexos de comunicación con otros hospitales. En España no es muy frecuente esta práctica, ya que es necesaria mucha mano de obra, con lo que son muchos los centros que no pueden permitirse el lujo de mandar al extranjero a parte de su personal. Se podría decir que mi caso ha sido atípico gracias a la gran fortuna que he tenido.
