La titulación, con menos del 50% de plazas cubiertas, no corre peligro pero pide un plan de choque
Solo una veintena de personas quieren estudiar Ingeniería Agraria en el Campus ourensano. A falta de los datos oficiales de la última matriculación en las titulaciones gallegas, que se cierra mañana, el grado no prevé cubrir sus 45 plazas y se queda a medias, siguiendo un ritmo similar a años anteriores. La baja demanda, en una provincia vinculada tradicionalmente a este sector, choca con las cifras anteriores al plan Bolonia, cuando el título de Ingeniero Técnico Agrícola llegó a reunir a más de 700 estudiantes en el centro. El curso pasado hubo 100 alumnos.
Aunque no hay preocupación por la supresión del grado desde el decanato de la Facultad de Ciencias, sí asumen la necesidad de un plan urgente de captación de alumnado, una idea que ya valoran desde el nuevo equipo de gobierno, que podría fijarse en el proyecto del grado en Geografía e Historia, que este año alcanzó un récord de matriculación después de varios cursos en peligro. "Las nuevas infraestructuras serán un impulso", confía el decano de Ciencias, Gil Garrote.
"A xente nova escápalle ao campo, pero o rural ten moitas saídas"
Rubén Rodríguez es egresado del grado en Ingeniería Agraria del Campus ourensano. Terminó sus estudios el curso pasado y pronto emprendió su propia explotación hortícola , incluso antes de rematar el grado, cuando aún le faltaban un par de asignaturas para obtener la titulación. Defiende la calidad de la enseñanza de la Facultad de Ciencias y su rápida inserción en el mercado laboral. Valora "o trato dos profesores e o valor da carreira que me ensinou a ser autosuficiente".Tiene una explotación de 1600 metros de invernaderos y cinco hectáreas de cultivo al aire libre en Piñeira Seca, en el concello de Xinzo de Limia, un proyecto que sacó adelante porque "sempre me gustou o campo". Sobre la baja demanda que experimenta su titulación, achaca que "a xente nova fai de menos ao campo, escápalle" y defiende que "o rural ten saídas, moitas".
La recuperación del invernadero, clave futura para atraer alumnado
Hace años que la Xunta de Galicia puso el punto de mira en Ingeniería Agraria, incluyéndola en un plan de viabilidad para evitar su supresión. A efectos prácticos, tal y como explica el decano de Ciencias, Gil Garrote, supone una docencia "que redunda mejor en el alumnado" al ser grupos reducidos. En asignaturas comunes a varias titulaciones de la facultad, los alumnos comparten aula. "Impartimos tres grados con el coste de dos", resume Garrote, que se muestra "tranquilo" por la viabilidad del grado.
El invernadero, una infraestructura que lleva siete años parada, sería un impulso para la docencia y la atracción hacia este grado. "Espero que ayude que se terminen los trabajos, porque va a permitir que los alumnos tengan mejores instalaciones", añade el decano. La duplicación del título en Galicia, ya que el grado también se imparte en el campus de Lugo, es otro de los factores que corta las alas a la demanda en Ourense, que se llena, según Gil Garrote, con un 60% de alumnado de fuera de Ourense.
"Otra cuestión puede ser el glamour, por no ser el ámbito agrario de atracción. El medio rural está abandonado", dice Gil Garrote.
