Innovación al máximo nivel

photo_camera "Fabricando Ourense".

La sala José Ángel Valente, antiguo Banco de España, se convirtió ayer y hoy, en un gran laboratorio de fabricación de artículos de alta tecnología, dentro de las jornadas "Fabricando Ourense".

Para los más neófitos en materia de innovación tecnológica entrar ayer en la sala José Angel Valente, antiguo Banco de España, era como traspasar el umbral al mundo de la ciencia-ficción.


Kits para crear en casa una impresora de tres dimensiones, teléfonos móviles con aplicaciones para escanear de manera tridimensional, fabricación de un dron o la construcción de un robot seguidor de líneas en el suelo, eran algunas de las ofertas de los talleres que se impartían dentro de las jornadas Fabricando Ourense, y que agotaron sus plazas disponibles. Así que quedó claro que los ourensanos tienen un gran interés en conocer y participar en todo lo que ofrece la innovación tecnológica más avanzada, independientemente de la edad, ya que algunos de los talleres eran para niños y progenitores.

La impresora de tres dimensiones fue, quizás, una de las atracciones estrella. Los responsables de Atinne, encargados de mostrar cómo ser tu propio fabricante de impresora aclararon a los presentes todas las dudas posibles, algunas anecdóticas, como saber si era posible crear un arma. "El armazón sí, pero el percutor no sería posible, ya que es un muelle y es un material que no podría aplicarse a la impresora", afirmaron.

Interés y ser un poco manitas para ser capaz de soldar y emplear las herramientas necesarias, son, según los responsables del taller, algunas de las cualidades que hay que tener para montar un dispositivo así en casa que, además, sale más económico: entre 400-500 euros frente a los 1.600 euros que puede costar una impresora ya finalizada y con todas las garantías de fabricación.

Otro de los talleres, impartido por Pablo Núñez de Fab León, mostraba cómo virtualizar el mundo: "Aquí el teléfono ya es el propio escáner y a partir de ahí puedes generar tus propios modelos en tres dimensiones". Pablo Núñez afirmó que "es algo muy sencillo que cualquiera lo puede hacer" y mostró su extrañeza por el perfil de los asistentes. "Ha habido bastantes profesionales que ven esta aplicación como una herramienta válida para su trabajo. Yo me esperaba otro tipo de personas, pero mejor así, eso quiere decir que hay mercado".

Otro de los talleres, el impartido por David Pello de FabLab Laboral de Gijón, trabajó duro toda la mañana con los asistentes para, al final sorprender con el vuelo del dron creado en esta jornada matinal. Toda una aventura visual.

La sala José Angel Valente también fue el espacio adecuado para interactuar entre los presentes y para compartir con hijos algunas de las experiencias en las que se podía participar.

Un robot seguidor de líneas en el suelo construido en el taller, precedido de explicaciones y demostraciones prácticas sobre cómo funcionaba el hardware fue la aportación de David Ballester, de Ceoaberto.

Y la parte más lúdica: la creación de un bocadillo gigante, el más grande del mundo. La iniciativa del ourensano Pablo Otero recurrió a menos vanguardia: tijeras y cartulinas para recortar.

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