SUCESO

Un constructor de Verín intenta contratar a sicarios en prisión para un secuestro

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photo_camera El detenido fue conducido al edificio judicial el pasado miércoles.

La Policía Nacional cree que un abogado y su familia "se encuentran en situación de riesgo"

El empresario verinense Carlos Rodríguez Rojas está obsesionado con un abogado ourensano. Así lo cree la Policía Nacional y así lo hizo constar la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta en un informe que entró en el juzgado instructor el pasado lunes en el que se pone de manifiesto que "la familia de E.M. y él mismo se encuentran en una situación de riesgo dada la obcecación de Carlos Rojas sobre los mismos".

El juez instructor también lo cree así y habla incluso de "fijación peligrosa", por lo que envió a prisión este último miércoles a Rodríguez Rojas una vez más (estaba en libertad desde el pasado viernes tras ser excarcelado por la Audiencia pr previo pago de fianza de 3.000 euros). Llevaba en la cárcel de Pereiro desde el 21 de febrero porque intentó contratar a dos toxicómanos de Vilagarcía de Arousa -él mismo lo reconoció en el juzgado- para secuestrar a la esposa y el hijo de seis años del letrado para que le pagase una deuda de 50.000 euros que E.M. no reconoce. También les planteó amenazas con una jeringuilla.

Ya en la cárcel no desistió de su propósito y contactó con una serie de presos (hasta tres) para secuestrar al abogado. De hecho, intentó contratar al interno M.M.M.B. para que cuando saliese de prisión, algo que ocurrirá en dos meses, secuestrara al letrado para cobrarle los 50.000 euros. A cambio, estaría dispuesto a pagarle 10.000 en contrasprestación por sus servicios.

Y al igual que ocurrió la primera vez, en la que la pareja a la que se le ofreció el trabajo decidió contar el retorcido plan a la policía, el recluso hizo lo propio con los funcionarios de prisiones, quienes no dudaron en comunicar la incidencia al juez que comenzó la instrucción en febrero. Por esta razón, el magistrado, antes de ordenar la detención del empresario, quiso escuchar al interno y a los propios funcionarios de la cárcel. De hecho, el juez valora que "la mala intención del investigado se evidencia en la credibilidad que le otorgan los funcionarios de prisiones y en el hecho de haber elegido a un recluso que necesitaba 800 euros para pagar la fianza". 

Una orden de alejamiento a 300 metros de la víctima

Tal como argumentó en el auto de febrero el juez instructor, nuevamente recuerda que el encarcelamiento de Rodríguez Rojas se hace necesario para evitar un delito. "Es previsible que el detenido vuelva a cometer una conducta semejante (...) y mientras se encuentre en prisión no puede reincidir en su conducta delictiva.

Este último martes, el instructor también dictó una orden de alejamiento del investigado con respecto al abogado y su familia al tener conocimiento de la resolución de la Audiencia, órgano que ignoraba los contactos del empresario con reclusos para intentar secuestrar a la víctima, que está personada en las diligencias con abogado y procurador. Así, tiene prohibido acercársele a menos de 300 metros para garantizar su seguridad. El denunciante también acudió en días pasados a comisaría preocupado por la seguridad de su familia.

El delito de secuestro que se imputa a Carlos Rodríguez Rojas en grado de tentativa está castigado con penas de seis a 10 años de prisión en su tipo básico, mientras que el de amenazas se mueve en una horquilla entre uno y cinco años de prisión. 

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