La orden de derribo de la vivienda de Rosa María Alonso y su familia en Reza, prevista para el próximo jueves, 4 de junio, continúa siendo el motivo de protesta de numerosos profesionales y amigos de los afectados.
La orden de derribo de la vivienda de Rosa María Alonso y su familia en Reza, prevista para el próximo jueves, 4 de junio, continúa siendo el motivo de protesta de numerosos profesionales y amigos de los afectados.
Antonio Feijóo, abogado de la familia, expresó a este periódico la "desolación" y la "vergüenza" que siente por el hecho de que se derribe esta vivienda por la "sóla y única razón de que se construyó a menos de cincuenta metros de la edificación del denunciante, cuya licencia fue, y sigue siendo, manifiestamente ilegal". Criticó también la intención del Concello de asignar a Rosa María Alonso y a Miguel Fernández los costes de derribo de su hogar, con valor de 32.000 euros, y que ya se le hayan remitido las cartas de pago.
Profesionales de la cultura, el arte y las ciencias también han manifestado su oposición a la demolición de la casa: "Es una obra señera de la arquitectura ourensana, a la que calificaríamos de singular valor arquitectónico con potencialidad por tanto de ser reconstruida en terreno rústico". Su cuidado diseño y elección de materiales tradicionales actualizados "se integran naturalmente en el verde dominante". Por todo ello, y por las cualidades de integración en las riberas del río Miño, este grupo de profesionales estiman la conveniencia de la inclusión de la vivienda en el inventario de patrimonio cultural edificado del Concello de Ourense.
Otro gesto de apoyo y compasión es el que están llevando a cabo amigos de la familia Fernández Alonso, artistas que para tratar de evitar el derribo, están trasladando obras de arte de su propiedad al interior de la casa, en Reza.
