Desde el año 2015, esta joven ourensana se dedicó a ser autodidacta al 100% y formó su primer grupo, Chaos of Silence, gracias al Espazo Lusquiños da Mocidade. Actualmente toca en solitario y ya está componiendo temas para actuar el Día de las Letras Galegas
Irene Outeda, con tan solo 7 años intentó aprender a tocar la mandolina en la rondalla del colegio en el CEIP Curros Enríquez pues era lo que tocaban el resto de compañeras. Pero se dio cuenta que no era lo suyo, por lo que se acabó pasando a la guitarra guiada por sus profesores Yoyó y Don Ricardo. Unos años después su hermano se apuntó al conservatorio en percusión; él lo dejó por el fútbol al terminar el primer año, pero sus padres ya habían hecho la inversión en una batería (y ella era una guitarrista frustrada), así que decidió probar con la percusión, y acabó amando también la batería.
Desde el año 2015 se dedicó a ser autodidacta al 100% y formó su primer grupo, Chaos of Silence, gracias al Espazo Lusquiños da Mocidade. Al deshacerse el grupo, fue rotando entre grupos de amigos, y se compró un bajo eléctrico. Actualmente toca en solitario y, ocasionalmente, ayuda a grupos que tengan algún miembro de baja o forma temporalmente grupos para eventos, pero espera poder formar pronto un grupo estable
. De momento se vale con su guitarra y su voz y, en estos momentos está trabajando en alguna canción que está componiendo y un par de covers para actuar en el CIFP A Farixa por el Día de las Letras Galegas.
El mundo de la música le llama desde niña, ¿qué es lo que más le gusta?
Las aventuras y las experiencias nuevas, lo bueno que tiene el mundo es que no para, por lo que siempre hay algo por hacer.
¿Hay algún estilo que le guste especialmente?
Sin duda el ska me anima mucho, con grupos como Ska-P, Kortatu o el grupo italiano Talco. Pero no me cierro a un solo estilo, escucho mucha variedad: Lindsey Stirling (dubset con violín), Halestrom (heavy metal), Fito (rock&roll), Percival (folk metal polaco), Paramore (pop, punk y rock)...
La música es un mundo competitivo, ¿qué cree que es lo más complicado para hacerse un hueco?
En el mundo de la música siempre fue complicado abrirse camino, tienes que buscarte contactos y trabajar duro, sabiendo que muy pocos llegan a la fama y que muchos menos llegan a poder vivir de la música.
¿Hay algún consejo que sigas para tirar para adelante?
Trabajar y nunca rendirse, por muchos resbalones que tengas, lo importante es continuar insistiendo, por muy duro que sea el camino.
¿Cuál sería su sueño
en la música?
Poder montar un grupo de rock y poder dar conciertos y giras por todo el mundo... los sueños nunca son pequeños (risas).
Además, arbitra en fútbol, ¿cómo empezó?
Estaba buscando algún empleo para poder pagarme los estudios y ayudar un poco en casa, pero también quería hacer algo de deporte. Un amigo de mis padres que tenía un hijo árbitro me dio la idea de probar y... por qué no? Era un dos en uno y, al terminar la temporada, me enamoré del arbitraje. La verdad, entre los estudios, la música y el arbitraje no tengo mucho tiempo libre, pero disfruto con lo que hago.
¿Algún proyecto en el que ande metida?
Estoy trabajando en un par de canciones, aunque he de reconocer que me cuesta componer desde la vez que me robaron una canción que significaba mucho para mí... pero bueno, el mundo es así, ahora a centrarse en remontar y en el concierto del Día das Letras Galegas.
