EN LA CIUDAD

Dos jabalíes visitan A Ponte

Una pareja de jabalíes de unos dos años se pasea por el barrio de A Ponte. Los cerdos salvajes fueron grabados en las céntricas avenidas de As Caldas y Santiago sin intentar huir ante el ruido de los coches. Caminaban despacio. 

Al jabalí parece gustarle la ciudad y ya no se inmuta ante el ruido de los coches o el destello de los focos de las farolas. El descenso de los animales al casco urbano parece ser cada vez más frecuente. Una pareja se adentró a las 03,00 horas de ayer hasta el centro del barrio de A Ponte y se paseo por las avenidas de As Caldas y Santiago, perdiéndose en un parque de la calle Basilio Álvarez. Los dos cerdos bravos, que fueron grabados por un conductor, parecían de lo más tranquilos, llegando a olisquear en la base de las farolas, jardines y en las losetas de la acera posiblemente con el objetivo de buscar comida.

 La imprevista imagen sorprendió al automovilista, que los estuvo siguiendo después de cruzar un solar de la calle Xesús Pousa, que da acceso al Puente do Milenio, en la que saltaron un vallado. "Bajaban muy despacio, los estuve siguiendo y alertamos a la Policía Local", afirmó el conductor, recalcando que los perdió de vista en un pequeño parque.

No es la primera vez que el jabalí baja hasta el casco urbano, dado que a mediados del pasado mes de julio fueron avistados en varios días sucesivos en torno del Parque Miño y barrio de O Vinteún. Meses más tarde, nuevos vecinos los grabaron en el  Campus Universitario, A Farixa y, posteriormente, en la avenida de Marcelo Macías.

El pasado 18 de febrero, un jabalí se paseó de nuevo por el Campus Universitario, caminando   hasta la glorieta del Afilador. En ninguno de los casos, los cerdos bravos intentaron atacar a las personas que los grabaron o a las que simplemente contemplaban alarmados su presencia sobre el asfalto.

En el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) aseguran que en la actualidad no hay un protocolo de actuación ante la presencia de los  jabalíes en el casco urbano, aunque recomiendan a la población  alertar a las fuerzas de seguridad de su presencia para evitar un ataque o accidente. Este argumento también es esgrimido en la Consellería de Medio Ambiente, puntualizando que nada más avistar un jabalí se deben pasar aviso a la Policía Local para que establezca las correspondientes medidas de seguridad para devolver el animal a su hábitat natural, el monte.

En la Unión de Tecores gallegos están sorprendidos con las sucesivas incursiones en villas y ciudades. Desde el colectivo recuerdan que los jabalíes suelen escapar  ante la presencia de humanos y el ruido de los coches. 

José Luis Fernández es cazador en A Limia y no descarta que los jabalíes avistados en la ciudad fueran criados en cautividad y que el dueño los dejará libres en el monte. "Están acostumbrados a las personas", asegura, recalcando que también se puede dar el casco de que  bajen a buscar comida al resultar afectado por un incendio su entorno natural. 
 

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