"Debemos estar preparados para asumir que puede que no sea la última vez", apunta el presidente de los empresarios gallegos en Cataluña
A Julio Fernández, presidente de los empresarios gallegos en Cataluña, que vive a caballo entre Miami, Barcelona "y A Fonsagrada", matiza, el atentado en las ramblas le pilló en su casa de la provincia de Lugo.
"He vivido el atropello como todos, siguiendo las noticias. Lo primero que hice fue llamar a la familia, a los amigos, a los asociados", remarca.
No tiene constancia de ningún gallego entre las víctimas del mortal atropello. "El cuñado de mi hija sí estaba en Barcelona, tuvo que meterse en el Corte Inglés y luego quedó allí durante un tiempo porque no les dejaban salir", detalla Fernández.
Nadie lo esperaba pero todos lo esperan. "Todos sabemos que esta gente persigue todo lo que signifique el estilo de vida occidental y que un atentado como este les cuesta 1.500 euros nada más. Empezaron en otros países y sabes que cuando puedan también van a ir a por ti. En cierto sentido, en Barcelona teníamos bastante claro que un día u otro podría tocarnos. Debemos estar preparados para asumir que puede que no sea la última vez".
"No se deben mezclar las cosas, pero es verdad que en Cataluña llevamos una racha de malas noticias que tiene que acabar", finaliza Julio Fernández.
