En diez de las casas había personas cuando entraron los ladrones, que golpearon en cuatro ocasiones a las víctimas
En los últimos 14 meses, los delincuentes entraron en 316 viviendas del rural de la provincia de Ourense. Solo en diez de ellas había personas en el interior. La última, este pasado sábado en Güin donde tres hermanas sufrieron el asalto de cuatro encapacuchados, que las llegaron a golpear para que les entregasen todo el dinero. En el resto de casos, 306, los ladrones esperaron a que sus dueños se ausentaran o las dejaran libres.
Según los datos que maneja la Guardia Civil, en seis de las viviendas asaltadas, las personas que estaban en el interior no se enteraron del robo y en otras cuatro, los ladrones se enfrentaron a ellos, llegando incluso a amenazarlos con una pistola y maniatarlos. Eso fue lo que se vivió en el penúltimo de los asaltos a viviendas habitadas, el pasado día 16 de enero en San Mamede de Urrós, en Allariz. Cinco encapuchados y armados con pistola agredieron al matrimonio de ancianos Ramón Rodríguez (84 años), y Adoración Vibe (82), a los que robaron 3.600 euros.
Además de los casos de Güin y San Mamede de Urrós, los dos asaltos con violencia se produjeron el 9 de enero del 2016 en Outomuro (Cartelle) y el 7 de agosto en Baxes (Vilamartín de Valdeorras). En el primero, también fueron cinco encapuchados, armados con tres pistolas, los que irrumpieron de madrugada en el domicilio en el que dormían José Antonio Cacheiro y su madre, Carmen Domínguez, de 92 años, a los que sustrajeron 200.000 euros. En Vilamartín, tres delincuentes propinaron una paliza a Leopoldo Rodríguez Rodríguez, de 75 años, para robarle 40.000 euros y joyas.
Por su parte, los robos en las seis viviendas con personas en el interior que no se percataron se registraron durante los tres últimos meses en Monterrei, Pereiro de Aguiar y Barbadás.
