HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL

Las “Parolas de Xeixadelo”

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photo_camera En la fotografía, Manuel Díaz "Xeixadelo", sentado con un folio en sus manos.

Empleaba Xeixadelo un gallego popular, labrado sobre la piedra, algo hiperenxebre, pero con una enorme capacidad 

Más de una vez he lamentado aquí que no se tiene noticia de que se hayan conservado ni tan siquiera guiones o apuntes de los diversos programas y emisiones de una época esencial en la historia de la radio y de la cultura ourensana. Esta historia se inicia en Radio Ourense (entonces se llamaba Radio Orense, EAJ57), pero se transmite más tarde a las otras dos emisoras que fueron surgiendo, la emisora sindical La Voz del Miño y Radio Popular de Orense EAK 59.

Uno de los personajes que inicia su actividad en la emisora decana y con el tiempo pasa a las otras dos estaciones, hasta que desaparece a caballo entre los años setenta y ochenta, es el especialmente interesante Manuel Díaz, Xeixadelo, cuya actividad radiofónica y literaria entronca con la tradición de los mejores cuentistas “enxebres” o “contacontos” costumbristas, del que uno de los más celebrados, porque se conservan sus grabaciones en disco, es Joselín. Pero hubo otros.

Peculiar personaje Xeixadelo, nombre que toma de una obra de teatro popular llamada “Rosa de Xeixadelo”. Hombre, como él mismo contaba, de variadas estancias y oficios a lo largo de su vida, para recabar finalmente en la radio y el periodismo, y a quien tuve por compañero en la redacción de Radio Popular de Ourense a finales de los años sesenta y primeros setenta.

Pese a mis indagaciones, lo único que he podido recuperar con su voz son unos anuncios para la feria de vinos del Ribeiro de aquella época, por encargo de unas bodegas que lo tenían en gran estima, y que, con el resto de otros fondos de Radio Popular de Orense, se encuentran depositados en el Arquivo Sonoro de Galicia.

Empleaba Xeixadelo un gallego popular, labrado sobre la piedra, algo hiperenxebre, pero con una enorme capacidad comunicativa. Sus historias eran como vivencias personales de la vida cotidiana, muy parecidas al personaje de Pelúdez, de Trapero Pardo, que cada mes de octubre aparecía en El Progreso de Lugo, allá por el San Froilán.

Hoy se diría que era un personaje algo machista (que no entonces) por cuanto no aparentaba tratar con excesiva parsimonia a la parienta, cuyo nombre temo no recordar, pero que en ocasiones era la causa de su enfado o de los enredos domésticos que Xeixadelo resolvía de modo expeditivo, aunque sin concretar, con un cinto de Artillería, alusión a que los arreos de este arma llevan grabada en la chapa una bombacha sobresaliente. Al llegar a este punto la historia quedaba en suspenso, para que cada uno imaginara el final.

El personaje, o sea, Xeixadelo, se presentaba como un gallego retranqueiro, cachazudo, con experiencia en la vida, “mais de volta que de ida”, a quien ocurría todo tipo de cosas que él resolvía siempre con tranquilidad: “Encendín un pito, maméi nel e logo dixen”… recuerdo esta frase que siempre aparecía en alguna fase de su relato. Las “parolas” duraban algo menos de media hora, pero mantenían viva la atención de sus oyentes entre los que me encontraba. Esquemáticamente, respondían al tradicional drama italiano: “Presentación, nudo y desenlace”. 

Eran historias divertidas y se emitían los domingos por la mañana, tradición que se mantuvo a lo largo de su existencia por las tres emisoras que circularon.

Los temas y los asuntos que abordaba Xeixadelo en sus “parolas” eran variadísimos, tanto de la Galicia urbana como de la rural, y por aquellas historias deambulaban los más diversos personajes de la Galicia de todos los tiempos. La forma de contar de Xeixadelo era cadenciosa, buscando siempre la complicidad del público y con ese estilo de los paisanos gallegos de decir las cosas sin decirlas o de afirmar una cosa para que se entienda otra.

Recuerdo que empleaba como sintonía una pieza de la Banda Municipal de Lugo, con su sección de gaitas, una de las más famosas de Galicia en su tiempo, dirigida por el maestro Méndez. Era el pasodoble Santiago. La careta de entrada era muy reconocible y los oyentes se aprestaban a escuchar aquellos siempre interesantes episodios.

Aunque el repertorio de “parolas” era amplísimo, con frecuencia repetía historias ya emitidas, pero que habían tenido tanto éxito entre el público que de forma continua demandaba su reposición. Puede decirse que todas estas historias, a los largo de diez años, se emitieron por todas las emisoras, pero sin duda, donde más éxito obtuvieron al aparecer fuera en Radio Orense, entonces sin competencia, como otras experiencias de esta emisora, por su impronta y originalidad.

Quizá por el propio carácter algo bohemio de Manuel Díaz, o porque a nadie se le ocurrió proponérselo, o porque él mismo no tuvo interés, aquel conjunto de historias no quedaron perpetuadas en una publicación o en un disco, cuando realmente se editan contenidos de muy inferior calidad literaria. Pero queda el recuerdo en quienes lo seguíamos y con él nuestro agradecimiento por los buenos ratos que pasamos escuchándolo.

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