SUCESO | OURENSE

Liberan a una nigeriana que fue comprada y prostituida

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La Policía Nacional detuvo a cuatro personas, entre ellas un ourensano que la empadronó en su casa 

Una mujer de Nigeria fue liberada en la ciudad por agentes del Cuerpo Nacional de Policía después de caer en las manos de una red de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, que la obligaron a pasar una terrible odisea por dos continentes.

Los agentes, según dio a conocer la Dirección General de la Policía, detuvieron a cuatro personas, entre los que está un funcionario del Concello de la ciudad. Este detenido, según pudo saber este periódico, facilitó el empadronamiento de la mujer en Ourense inscribiéndola en su domicilio después de que se lo pidiese una vecina suya.

El ourensano declaró durante toda una mañana en la Comisaría, quedando posteriormente en libertad como investigado en la trama. Las otras tres detenciones fueron practicadas en dos actuaciones en Sevilla y otra en Bilbao.

La opeeración ya se llevó a cabo el pasado mes de febrero aunque no fue dada a conocer hasta ayer por el Cuerpo Nacional de Policía desde Madrid. La mujer liberada recorrió durante tres años 12.000 kilometros hasta llegar a Ourense, donde la organización la obligó a ejercer la prostitución en el club Edén situado en la calle Pelayo, en el casco viejo de la ciudad. El local está en la actualidad cerrado al fallecer su dueño.

Rito de vudú

La liberada llevaba en la ciudad más de año y medio y tuvo que prostituirse al reclamarle la organización bajo amenazas graves, según la policía, el pago de una deuda de 30.000 euros. Además de las amenazas, la tenían coaccionada con los efectos negativos de los rituales del vudú, que estuvieron presentes desde que fue captada en su país de origen.

De hecho, los agentes durante la operación policial registraron dos domicilios en la localidad de Camas, próxima a Sevilla, en los que intervinieron documentación contable sobre la explotación sexual de mujeres y numerosos efectos para la práctica del vudú, además de varios terminales móviles y dispositivos electrónicos de almacenamiento de datos.

Una vez cerrado el club Edén de la ciudad, la mujer llegó también a prostituirse en la comarca de A Limia. 

Vudú para forzarla a prostituirse en una terrible pesadilla por dos continentes 

La mujer fue captada junto a otras ocho en una de las zonas más deprimidas de Benin City (Nigeria), aprovechándose de su situación de absoluta necesidad y engañándolas con promesas de trabajos bien remunerados en Europa.

Los miembros de la red le ofrecieron viajar hasta Bélgica para casarse con un hombre adinerado, lo que le aseguraría un futuro y la obtención de los documentos necesarios para residir legalmente en Europa. Una vez aceptada la propuesta y antes de abandonar Nigeria fue sometida a rituales de vudú por los que se establecía una especie de contrato por el que la organización se comprometía a llevarla hasta Bélgica y costear los gastos del viaje.

A cambio, ella juró lealtad a sus explotadores, comprometiéndose a no escapar ni denunciarlos, así como a pagar la deuda adquirida por su viaje, 30.000 euros. En caso de incumplir el contrato, ella y su familia podrían sufrir todo tipo de males e incluso la muerte.

Una vez en Trípoli, la víctima fue examinada por un médico que le informó de que estaba embarazada. Ella se negó a abortar y la organización la abandonada a su suerte.

Sin recursos y con la ayuda de un amigo e identidad falsa viajó hasta a Argelia y después a Marruecos, donde se instaló en un campamento de refugiados. En el campamento fue vendida a otro miembro de la organización que la llevó a Tánger, donde embarcó en una patera con destino a España.

La patera fue rescatada en alta mar y trasladada a Algeciras para ingresar en un centro asistencial, donde recibió una llamada de los explotadores alertándole de que la iban a recoger para continuar el viaje 

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