Rober Bodegas, monologuista de "Noites de Retranca". Auditorio de Ourense. Día 16, a las 20,30 horas. Acompañado por Manquiña y Mofa e Befa
Hace cinco años arrancó la idea de "Noites de Retranca", es decir, la de hacer humor desde Galicia y con cómicos gallegos. Y a juzgar por los resultados fue, sin duda, una buena idea. El viernes para celebrar este quinto aniversario se suben al escenario Rober Bodegas, con Manuel Manquiña y la magia de Mofa e Befa.
¿Qué es la retranca?
Es como un sarcasmo muy afinado, como esta cosa de transmitir un mensaje sin tener que decirlo, y casi siempre crítico y punzante. Es como decir algo de tal manera que luego puedas negar haberlo dicho.
¿La retranca debe ser siempre gallega?
Hombre, creo que tal y como yo la entiendo, como una ironía muy venenosa que para algunos resulta indetectable, estoy convencido de que es algo para lo que tenemos una habilidad especial, porque hemos sido educados en comunicarnos de esa manera. Yo pienso que tengo cierta retranca en mi trabajo, y cuando actúo por ahí fuera la gente la percibe, piensa algo así como,"Ah, vale, que este cuando dice blanco es negro".
¿Tienen los gallegos sentido del humor, saben reírse de sí mismos?
Creo que sí tenemos sentido del humor. Si los comparo con el público de otros lugares o me atengo a lo que dicen otros compañeros que vienen aquí, tenemos sentido del humor. En cambio, creo que llevamos muy mal reírnos de nosotros mismos. A ver, me explico mejor. Nosotros podemos reírnos de nosotros, pero que lo hagan otros, lo llevamos regular. Creo que es normal, al fin y al cabo, son cosas de la idiosincrasia y durante mucho tiempo hemos estado muy puteados. A la gente le cuesta reírse de chistes de gallegos cuando los cuentan otros, aunque nos reímos de chistes de andaluces, por ejemplo.
Ventajas y desventajas de trabajar solo.
Ventajas, que tienes todo el tiempo del espectáculo para tí, y desventajas, que tienes todo el tiempo que dura el espectáculo para ti, y si un día sale algo mal, puede ser un problema. Pero a mí me gusta mucho lo que hago. Me fascina que alguien pueda sentarse en una butaca y aguantar ahí más de una hora escuchando lo que yo cuento y atendiendo a mis reflexiones. Me encanta el formato, aunque he de reconocer que es una tarea muy solitaria, eso es quizás algo de lo malo, que viajas solo, estás solo.
¿Qué cuesta más, escribir o subir al escenario?
Aunque me gusta escribir, lo más difícil de todo no es ni escribir ni actuar, sino estrenar. Al comienzo, un texto nuevo nunca va a ir totalmente bien, se necesitan varias representaciones para que el texto y tú os hagáis amigos, y eso se consigue con un público delante de tí, no valen lo ensayos. Eso requiere por lo menos de diez funciones, para que todo encaje perfectamente, el texto y tú. n
