SECUESTRO - TRIBUNALES

Los Madriles piden declarar otra vez en el rapto de la mujer en la ciudad

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photo_camera Parte del clan de los Madriles sube a un todoterreno ayer, al salir del edificio judicial.

Un miembro del clan: "No tengo pensando tragarme ningún marrón por culpa de nadie"

 

La causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción 1 de Ourense contra el miembro del clan de los Madriles Javier G.J., de 40 años, detenido el pasado 28 de enero (está en prisión) por presuntamente retener a una mujer durante más de un mes en su casa, violarla de forma continuada y agredirla físicamente, podría dar hoy un giro de ciento ochenta grados en su contra. Su madre, Ana J., su padre, Luis Manuel G, y tres hermanos, Ángel, Alberto y José Luis, solicitaron comparecer de nuevo ante el juez. Todos, exceptuando Alberto G., ya declararon en su día, negando que la mujer estuviera raptada y que fuera violada. Solamente habían reconocido que en algún momento Javier G.J. pudo agredirla físicamente.

Su testimonio entonces provocó que el juez les imputara en el caso por un delito de cooperación necesaria, al entender que podrían haben participado los cinco en la retención de la mujer en la vivienda en la que reside toda la familia, de etnia gitana, situada en la rúa Dalia, en los aledaños del cementerio de San Francisco. Todos los miembros de la familia tienen prohibido acercarse a la víctima.

La imputación no generó discrepancias en el clan hasta la jornada de ayer, después de  acudir a declarar Alberto G., que no pudo hacerlo hasta ahora al estar trabajando en Asturias. Durante el interrogatorio, según pudo saber este periódico, arropó a su hermano y negó que la mujer estuviera raptada y fuera violada. Pero esta argumentación ya no la sostuvo tras salir por la puerta como investigado en el caso. Su abogado defensor declinó ofrecer detalles sobre  la declaración y situación procesal de Alberto G, argumentando que todo estaba a punto de "solucionarse de forma satisfactoria", de llegar a un acuerdo, pero el propio investigado  puntualizaba que "no tengo pensado tragarme ningún marrón por culpa de nadie".

El padre, Luis Manuel G., reconoció que entre los miembros de la familia habían discrepancias. "Pedimos comparecer de nuevo  en el juzgado para contar la verdad de todo lo que pasó en la casa y la situación que estábamos viviendo", dijo, negándose a ofrecer detalles de la convivencia, tanto entre ellos como con la mujer que presuntamente estaba retenida, hasta no hablar con el juez.

Prisión salmantina

Fernando G. salió del edificio judicial pasadas las doce del mediodía arropado por toda la familia, que lo esperaba en el exterior mientras estuvo declarando. La familia estaba hasta ahora en permanente  contacto con Javier G.J, que tras ser ingresado en la prisión de Pereiro de Aguiar fue trasladado a una cárcel de la provincia de Salamanca por motivos de seguridad. 

El recluso, según su madre, se encuentra en perfecto estado y  continúa negando los hechos que se le imputan. 

La víctima alertó de posibles armas

La detención de Javier G.J. se  llevó a cabo dentro de una investigación de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la comisaría de Ourense, después de que la  madre de la víctima denunciara la retención. La mujer, tras ser liberada,  prestó declaración y avisó de que Javier G. J. era peligroso y tenía armas. Se temía que en la vivienda del sospechoso se  pudiera producirse entonces altercados. Para detenerlo se desplazaron efectivos del Cuerpo Nacional de Policía  desde A Coruña. El acusado, presuntamente tenía a la mujer retenida desde hace un mes, durante el que la golpeó y la violó de forma continuada. No le permitía salir de la vivienda que compartía con toda la familia y, en caso de que lo hiciese, la golpeaba después con extrema violencia.   

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