Los maltratadores se ven como “buenas personas, leales y fieles"

OURENSE. 20.12.2014. FOTO ENTREVISTA A YOLANDA RODRIGUEZ. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera La investigadora Yolanda Rodríguez.

Un equipo de investigación del Campus realizó un estudio con 42 agresores condenados, para analizar sus estereotipos 

"Comprensivo, bueno, tranquilo, fiel, leal, sincero, buena persona". Así se ven a sí mismos."Dama, esposa, buena amante. Seres maravillosos, complementos del hombre" o "manipuladoras, malvadas". Así las ven a ellas.

Son las descripciones dadas por los 42 agresores de violencia de género que han participado de manera voluntaria con el grupo de investigación del Campus de Ourense que analizaba los estereotipos de género en los agresores, y que o cumplen sus penas en la prisión de Pereiro o están bajo las medidas impuestas por el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas.

El equipo de trabajo lo formaron María Victoria Fernández, Xosé Manuel Cid, Chema Faílde, Patricia Alonso y Yolanda Rodríguez, quien explica el origen de este trabajo:"Trabajamos con violencia de género habitualmente, pero siempre con víctimas. Así que consideramos importante conocer la otra cara de la violencia y trabajamos con los agresores".

Los resultados de este trabajo de campo aunque no por sospechados, resultaron menos llamativos. "Muchos de ellos no se consideran agresores de violencia de género y manifiestan claramente un resentimiento hacia la mujer", señala Yolanda Rodríguez.

Las respuestas de casi todos los participantes llevan al mismo lugar: "Consideran que si están ahí en esa situación es por culpa de la mujer. No tienen asumido por qué están presos, y eso es peligroso".

Para estos agresores condenados, los papeles asignados tanto a sí mismos como a las mujeres están claros y definidos. "Ellas están relegadas principalmente al espacio privado, a atender la casa y la familia. Pueden trabajar fuera, pero su obligación es el hogar, el marido, y los hijos", resume Yolanda Rodríguez las respuestas.

Respecto a ellos mismos, se definen como "respetuosos, astutos, y en el espacio público y dicen cosas como: "Tenemos que ser el sustento económico de la familia" o "un hombre es el cabeza de la familia y debe traer el pan a casa".

Yolanda Rodríguez destaca las actitudes sexistas de los agresores y señala que "los estudios se centran principalmente en las víctimas, pero para intentar combatir esta lacra hay que estudiar el fenómeno desde ambas partes".

En este trabajo de campo, a los investigadores les resultó llamativo que "los que participaron en el estudio en la cárcel no habían participado en ningún programa de agresores de violencia de género, ni tenían intención de participar".

Para Yolanda Rodríguez, resulta importante destacar "ese gran resentimiento contra las mujeres" y subraya que " a lo mejor ya tenían una historia anterior con los mismos patrones: "Fue ella, siempre me colocaba en situación límite.

Así que una de las conclusiones principales a destacar por los investigadores es la necesidad de "una educación en la igualdad para romper esas barreras. Después, una vez condenados, que participan obligatoriamente en programas de intervención de violencia de género. La ley debería obligarles, porque estas visiones, cuando terminen sus condenas, van a persistir y volverán a reincidir probablemente, porque entienden una relación de pareja como violenta".

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