entrevista

Manuel Franco: "Muchas ciudades no se plantean qué come su población y qué provoca"

El doctor Manuel Franco.
photo_camera Manuel Franco abre este martes el curso de la Academia Médico-Quirúrgica.

La Academia Médico-Quirúrgica de Ourense comienza este martes su nuevo curso de conferencias médicas con la intervención de Manuel Franco, doctor e investigador de la Universidad de Alcalá

La Academia Médico-Quirúrgica de Ourense comienza este martes su nuevo curso de conferencias médicas con la intervención de Manuel Franco, doctor e investigador de la Universidad de Alcalá. La cita, que tendrá lugar en el Marcos Valcárcel a las 20,00 horas, versará sobre el proyecto europeo de barrios cardiosaludables. Tejero acercará al público la importancia del tipo de entorno en la salud del individuo, motivo central de los estudios que realiza desde hace cinco años con su equipo.

¿Qué características de la ciudad afectan a la salud del ciudadano?

Nos afecta todo, desde el tipo de tiendas alimenticias y de restaurantes que nos rodean hasta la posibilidad de ir caminando, en bicicleta o en transporte público a todos lados. Necesitamos hacer actividad física y comer bien para estar sanos.

Su especialidad es la alimentación.

Sí, lo que más he trabajado en el proyecto que realizamos en la Universidad de Alcalá es la relación entre alimentación y enfermedades. Es decir, investigo el tipo de productos alimenticios que ofrecen tiendas y restaurantes: su precio, su calidad nutricional, si son frescos o congelados o si están ya precocinados, entre otras cualidades. 

¿Qué tipo de enfermedades puede provocar una mala dieta?

Está directamente vinculada con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Además, se relaciona con el cáncer digestivo y el de colon. 

¿Y qué se puede hacer en las ciudades para mejorarla?

Las características de los barrios de las ciudades no están prefijadas, las podemos construir y cambiar. Muchos ayuntamientos no se han planteado todavía cuál es el tipo de alimentación al que acceden los ciudadanos y cuáles son las consecuencias.

¿Qué propone?

En ciudades como Londres han prohibido a menos de 400 metros de las escuelas todo tipo de tienda de comida basura y de chucherías.  Son medidas accesibles que no tienen nada que ver con las ideologías y que aunque pueden sonar a ciencia ficción,  no lo son. 

El aumento del precio de las bebidas azucaradas, por ejemplo.

Sí, o lo que se ha hecho con el tabaco. Si tú reduces la disponibilidad de los productos y el número de sitios que los vende y aumentas su precio, la gente dejará de consumirlo. Pero si dejas que las tiendas de comida basura abran las horas que quieran al día le das más facilidades.

¿Se necesita más educación en la población?

El poder de la educación es, en este caso, reducido. Alguien que se come cinco donuts sabe que no es saludable y que debería comer fruta, pero lo hace igual. Arguiñano tiene más poder sobre lo que comemos que un cardiólogo porque llega a muchísima gente. Es importante que sepamos cocinar para dejar los productos preparados, que están llenos de grasa, sal y azúcar. 

¿Es voluntad política?

Los ciudadanos también tenemos que exigir cambios en nuestros barrios, tenemos que pensar en qué tipo de entorno queremos vivir. Obviamente las decisiones políticas tienen relevancia en nuestra salud, así como la ciencia y la comunicación. Lo más importante es, después de investigar y llegar a conclusiones, que se empiecen a tomar acciones. Por desgracia, avanzamos muy lentamente en este tipo de cuestiones, como en el tabaco.

Te puede interesar